Willy Semler: “Para mí las mejores direcciones son aquellas que no se notan”
Por Constanza Rifo Ahumada
Semler retorna al clásico que ya había dirigido en 1994 con la actuación de Francisco Melo y Coca Rudolphy. La obra narra la historia de un triángulo amoroso formado por dos grandes amigos y una de sus esposas. En Traición se expone toda esta compleja situación desde la primera escena, en adelante la narrativa se desarrolla hacia atrás. Para el director, este es un texto que se resuelve en la actuación y directamente con los intérpretes.
“Es una vuelta a Pinter, que es un dramaturgo maravilloso del teatro universal así que esa conexión me resulta muy motivante, muy atractiva, y sobre todo que es un texto para trabajar con actores, es un texto que se resuelve en la actuación más que en la puesta en escena o cualquier otra parafernalia, y eso es lo que más me gusta” comenta.
El montaje resultó de un trabajo a pulso, independiente y azaroso, como parte de un laboratorio escénico que Semler estaba realizando con los actores que serán los protagonistas de la obra, lo que para el director tiene un valor especial “Íbamos a trabajar con unas obras cortas de Tennessee Williams, y las cosas se fueron trenzando, hasta que de repente estábamos ensayando Traición. Como este es un proyecto que producimos nosotros mismos, uno tiene otros tiempos, hace mucho que no me ponía con tanta polilla en la guata como estábamos en el estreno”.
El texto de Pinter es un clásico contemporáneo y transversal, tomando temas tan actuales como la discusión sobre la monogamia, por lo que su vigencia no pareciera estar en discusión en tiempos en que los jóvenes han puesto de moda las relaciones abiertas como una práctica habitual. Semler a sus 59 años reconoce que son cosas que escapan a su época.
“Mucha gente comenta que plantea un tema vivo que está en llamas en este momento, yo ya estoy más viejo pero creo que es un tema que todos han vivido o tenido muy cerca, sobre todo en estos tiempos, que yo no sé cómo son los términos, pero algo de “polisexuales” jaja… son cosas que escapan a mi generación más allá del swinger”.
Mi sello es que yo no sello, para mí las mejores direcciones o las legítimas, son aquellas que no se notan, que desaparecen en la historia, que desaparecen en la actuación y si se podría seguir una línea mía o tratar de identificar un rasgo es que lo que más me importa recae en que las obras se resuelvan a través de la actuación, y sea la actuación la que genere sus propias necesidades, el teatro darwiniano en ese sentido, la necesidad genera al órgano, es como el momento en que el espermio se contacta con el óvulo y esa célula se empieza a multiplicar, veo que el proceso a partir de la actuación, la escenografía y la iluminación es eso.
El teatro siempre es una condición humana es la única instancia en que el ser humano se ve así mismo en vivo, en un acto virtual, un acto de representación, y como tal me parce que es una necesidad vital el arte y lo que a mí me toca del arte, el teatro. En todas partes el teatro es un enfermo agónico que nunca muere, y me parece que hoy en día hay una diversidad muy grande y una proliferación excesiva y abusiva de actores que eran muchachos que querían entrar a la televisión, a los reality que no era una vocación teatral real y se sobrepobló, la oferta teatral es amplia como un océano y honda como un dedo, no veo que haya mayor propuesta, el teatro moderno y el teatro joven se pasa a una vanguardia que es indescifrable, salvo contados casos donde el talento lo perdona todo, pero en realidad creo que hay una búsqueda errática en las obras nuevas.
Estamos ensayando ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, otro clásico contemporáneo norteamericano en ese caso, también una obra que yo dirigí hace mucho tiempo atrás, ahora en esas vueltas de la vida me toca actuarla, y tengo muy muy diferenciado el rol del director y el de actor, me costó mucho tiempo separarlos y cumplir cabalmente en cada uno sin intervenir en el otro, no ponerme yo a dar indicaciones de director si estoy actuando y viceversa, cuando dirijo, no subirme al escenario a mostrarle a los actores como tienen que hacer el personaje. Me costó mucho pero lo tengo resuelto.
Puedes ver Traición hasta el 28 de abril los días jueves, viernes y sábado a las 20:30 horas, en la Sala de la Comedia del Teatro Ictus, a pasos de Metro Universidad Católica y Metro Bellas Artes. Compra tus tickets aquí.