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Teatro en la educación: Un programa para enfrentar la vida


Por Constanza Rifo

Fotos por Felipe Fredes

Teatro en la educación: Un programa para enfrentar la vida #teatroenlaeducaciónbarrancasLa Granja

El programa Teatro en la Educación que impulsa Fundación Teatro a Mil desde 2016, beneficia a un universo total de 1.250 niños y niñas que suman Teatro como asignatura dentro del curriculum escolar. Esta iniciativa es actualmente implementada en cuatro comunas de Santiago, 14 escuelas y 41 cursos de quinto a octavo año, abriendo las posibilidades para estudiantes de La Granja y Barrancas, de acercarse a las artes escénicas.

Se termina noviembre: Entre calurosos ensayos, niños y niñas de la escuela Monseñor Carlos Oviedo de Pudahuel se preparan para realizar su muestra final de Teatro, asignatura que incorporaron este año gracias al programa “Teatro en la educación” de Fundación Teatro a Mil y la alianza con el Servicio local de educación de Barrancas.

La mayoría de los alumnos que están por presentarse, nunca han estado sobre el escenario, ni menos delante de un público teatralizando. Están sus compañeros de colegio, sus profesoras y apoderados, todos sentados en las galerías del patio para ver el esperado montaje que han preparado el quinto y el sexto básico con la pedagoga teatral, Debbie Aliste.

Algunos revolotean por la cancha, otros están concentrados en sus personajes; le hacen las últimas preguntas a Debbie, quien ordena la situación detrás del escenario. Se acerca la hora de la presentación y el nerviosismo se toma el backstage; se nota en sus caritas, antes de tomar posiciones, la ansiedad por salir al escenario. La pedagoga los junta a todos y todas para dar las instrucciones finales. Es difícil lograr el silencio, a veces imposible, pero ella confía en los alumnos y les entrega toda su energía antes del montaje.

La obra se llama “La población” y narra la historia sobre la toma de terrenos de Barrancas. Algunos interpretan pobladores, otros dirigentes de las tomas y también carabineros. El montaje se desarrolla con un narrador que cuenta la historia en formato de interludios, entre las canciones de Víctor Jara que musicalizan las escenas.

Tras terminar la obra, el aplauso se siente fuerte y Benjamín Cubas, de sexto año, junto a Teresa Montecinos de quinto, nos cuentan su experiencia:

B: Lo que más me gusta del teatro es disfrutar con los compañeros y con la profesora Debi que la pasamos súper bien. Jugamos y actuamos: Lo mejor de todo es que lo hacemos en equipo.

T: Aprendemos lo que es el compañerismo. La tía Debbie se juega todo el rato por nosotras y encuentro que dimos lo mejor de nosotras mismas. Antes de hacer teatro, mi curso era menos unido, yo era lejana a ellos y ahora pudimos hablar y hacer teatro todos juntos, todos pudimos dar nuestra opinión.

B: Yo aprendí a no ser tan tímido a actuar más, y fue muy bueno porque nosotros somos chicos y capaz que no supiéramos la historia de Barrancas y esa es una forma muy linda de enseñarlo en una obra de teatro.

Teatro en la Educación

Durante 2015, en el marco de la Reforma Educacional, se activaron una serie de discusiones acerca de cómo entendemos la educación pública, cuál es su rol y su alcance, así como también acerca de los modelos educacionales pertinentes, las prioridades curriculares y, por ello, el rol de las artes dentro del curriculum escolar.

En ese contexto, la Fundación Teatro a Mil, con una trayectoria de 25 años velando para que las artes sean fundamentales en la vida de las personas, decidió dar un paso más allá y embarcase en el programa Teatro en la Educación, para incorporar Teatro como una asignatura más en las escuelas.

“Nos dimos cuenta de que uno de los determinantes de la participación cultural es la experiencia que pueden tener niños y niñas en la educación, de alguna forma eso los marca y los puede convertir en futuros públicos. Por otro lado nuestra misión como Fundación se completa con esto, cubrimos una necesidad muy profunda con respecto al desarrollo de nuevas audiencias, pero no es sólo desarrollar públicos, es educación, que hoy es más importante” señala Alfonso Arenas, jefe de educación y comunidad de la Fundación Teatro a Mil.

En 2016, el programa, que incorpora la asignatura obligatoria de Teatro en las escuelas, se comenzó a implementar en la comuna de La Granja, debido a la estrecha relación colaborativa que tiene la Fundación con este municipio. Actualmente, y gracias al Fondo Nacional de Seguridad Pública de la Subsecretaría de Prevención del Delito del Ministerio del Interior, Teatro en la Educación se implementa en tres establecimientos de la zona.

Además, desde este año, la Fundación trabaja junto al reciente Servicio Local de Barrancas, organismo creado en el marco de la “Nueva Educación Pública” en la que esta vuelve a estar en manos del Estado, un hito en la historia de nuestro país. Esta alianza se traduce finalmente en la implementación del programa en 32 cursos en 8 escuelas de las comunas de Pudahuel, Cerro Navia y Lo Prado.

“Apostamos por este proyecto porque nuestras escuelas tienen que atreverse a innovar incorporando experiencias pedagógicas que le hagan sentido a los estudiantes y comiencen también a resignificar las salas de clases”. agrega Marcelo Segura, director del Servicio Local de Educación Pública de Barrancas.

El representante complementa que “los servicios locales no pueden pensar la escuela y la educación con los mismos ojos que se pensaban antes e incluimos esto como una herramienta de transformación para los estudiantes”.

Desafíos y aprendizajes

Este proceso de inserción ha significado innumerables desafíos y aprendizajes con tres años desde su primera implementación. La evaluación de parte de las comunidades educativas y los pedagogos teatrales de Fundación Teatro a Mil es muy positiva, lo que avizora el increíble impacto que este programa tiene, tanto en los educadores como en como en sus alumnos, que, pese a que muchas veces provienen de contextos de escasos recursos, han sabido aprovechar esta oportunidad como si la hubieran esperando desde siempre.

“Hay niños que deseaban tener esta oportunidad. Uno les abre esta ventana y ellos salen con toda su luz, pero también hay otros niños, aquellos que tienen necesidades especiales o los que están en las periferias de los cursos y para ellos es incluso más valioso, porque como el teatro es tan variado y tiene tantos roles a la vez, uno les puede encontrar un espacio”, dice Diana Franczinet, pedagoga teatral de La Granja.

Pero este programa no sólo ha sido transformador para sus alumnos, Diana Franczinet comenta que ha sido un proceso de mucho aprendizaje para ella, y para sus compañeros.

“Es primera vez que trabajo en un espacio con el cual yo pueda contar con un equipo de apoyo y creo que esa es la gran diferencia con este programa, a ser sólo yo pedagoga teatral en una escuela, un equipo con el que tú puedas dialogar sobre lo que estás haciendo, ir repensando qué obras son importantes que los niños vean, llevar a los estudiantes a ver obras de calidad artística, todo esto es imposible sin la gestión de la Fundación Teatro a Mil”, dice.

“Hemos evidenciado lo abiertas que están las escuelas a recibir el teatro, en el fondo la mayoría de ellos saben que esto tiene un impacto positivo en la vida de las personas, pero no hay muchas posibilidades o herramientas concretas para realmente incluirlo” agrega Alfonso Arenas.

Sin embargo, el hecho de trabajar en contextos con altos índices de vulnerabilidad, grandes necesidades sociales y culturales, involucra enfrentarse a situaciones que muchas veces exceden lo teatral y se transforman en un gran desafío, en el que educar desde las emociones, el juego y el arte, se vuelve fundamental.

Instancias como las clases magistrales, que imparten actrices o actores reconocidos del medio en diferentes escuelas, se han vuelto clave en este proceso. Claudia di Girolamo, Amparo Noguera, Héctor Morales y Paulina Urrutia, son quienes han puesto su trabajo a disposición del aprendizaje de los alumnos y alumnas que ansiosos prestan atención a las metodologías de los intérpretes.

“Lo más importante que pude presenciar fue una conversación de la actriz Claudia di Girolamo, en la escuela Finlandia, con una niña que le comentó cuestiones muy personales y delicadas que no le había dicho a nadie en la escuela y sólo con esa experiencia logró tomar la confianza de hablar. Eso a mí me demostró que la estrategia y la forma de acercarse del programa teatro en la educación da muchos resultados” agrega Marcelo Segura.

El Teatro es esencial en la Educación

Si bien el programa Teatro en la Educación cubre un universo de 1.400 alumnos, es un número reducido considerando las cifras de escuelas públicas en el país. La mayoría de los estudiantes que cuentan con una aproximación a las artes escénicas son en formato de taller extraprogramático y generalmente en escuelas privadas, pero ¿Por qué es necesario el teatro en la educación como asignatura?

La pedagoga teatral Dian Fraczinet advierte que “el teatro es parte de un arte y el arte es esencial en la vida de las personas, porque te conecta contigo mismo, es una forma de expresarte, lo lindo de esta metodología que viene de la pedagogía teatral es que nace del juego y a la escuela harta falta que le hace”.

Finalmente, Alfonso Arenas asegura que lo que necesita nuestro país para que las artes escénicas estén presentes en la educación son más experiencias de este tipo. “Ojalá que en todo Chile estas iniciativas se puedan llevar a cabo, por los artistas de cada región, por otras instituciones y en ese sentido apostamos a la colaboratividad. En relación con los recursos hay muchas opciones de poder implementar estos programas, si uno se compromete, oportunidades hay”, concluye.

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