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Sueño de una Noche de Verano: el montaje en que Shakespeare nos habla desde la poesía popular


Sueño de una Noche de Verano: el montaje en que Shakespeare nos habla desde la poesía popular

Sueño de una noche de verano es uno de los espectáculos más esperados por el público que asistirá a la última versión del Festival Internacional Santiago a Mil 2016. Con un guion y puesta en escena que sobresalen, Héctor Noguera, Daniel Muñoz y los payadores Manuel Sánchez y Guillermo “Bigote” Villalobos, nos presentan esta comedia de equivocaciones desde la mirada del folclor nacional y la poesía popular.

Por Diana Torres A.

¿Qué tienen en común William Shakespeare y los poetas populares chilenos? “Todo”, afirman Manuel Sánchez y Guillermo “Bigote” Villalobos, ambos payadores nacionales, a propósito de la invitación que recibieron de Héctor Noguera y Daniel Muñoz, para reescribir el texto de Shakespeare Sueño de una noche de verano, de 1595, en rima popular.

El desafío nació del Premio Nacional de Artes de la Representación 2015 y el homenajeado en el Festival Internacional Santiago a Mil 2016, Héctor Noguera, hace dos décadas atrás cuando interpretó El rey Lear de William Shakespeare, según comentó a La Tercera. Años más tarde, la iniciativa tomó fuerza, cuando se sumó el actor y voz de Los Marujos, Daniel Muñoz, quien se hizo cargo de la música y la co dirección, además de contactar a los payadores.

“Desde ese momento hasta ahora la reescritura ha fluido de manera fantástica”, comentan los poetas populares, ya que les dieron plena libertad de decidir, de volver a crear a los personajes quedándose con lo esencial de cada uno.

Para Guillermo “Bigote” Villalobos, esta adaptación no es la primera que hace desde que comenzó, hace más de tres décadas, en el oficio. Anteriormente había participado en trabajos fonográficos y escritos,  realizando incluso una adaptación en décimas y cuartetas del cuento “El Roto y el Diablo” del destacado dramaturgo Antonio Acevedo Hernández, para la Compañía de Muñecos Periplos. Sin embargo, “lo recibí con un poco de temor, porque este era un desafío mayor, ya que estamos hablando de Shakespeare. Pero una vez que leímos la obra y ‘le hincamos el diente’ fue todo bonito. Si no fácil y llevadero”, afirma.

Por su parte, Manuel Sánchez, quien se conoce con Daniel Muñoz desde el mundo de la cueca, y quien ha desarrollado una extensa carrera de payador desde Concepción, la cual incluyen el disco “Verso Libre” y colaboraciones con músicos como Mauricio Redolés y Eduardo Peralta, entre otros; la escritura se hizo posible cuando empezaron a trabajar con varias traducciones del dramaturgo inglés, lo que ayudó a que la obra estuviera terminada al cabo de dos meses.

“Hacer esta obra, en los metros poéticos que se usan en el mundo de la poesía popular chilena y latinoamericana, es maravilloso porque es la tradición más firme y más potente que nos queda en toda América”, afirmó Sánchez.

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Manuel Sánchez, Héctor Noguera, Guillermo “Bigote” Villalobos y Daniel Muñoz. Foto: Teatro Camino.


¿Cómo fue el proceso de creación de los personajes, de sus diálogos y de los escenarios que podremos ver?

Guillermo: Entre los dos establecimos diferencias tácitas, que se dieron según lo estimaron Daniel Muñoz y Héctor Noguera. Yo me encargué de Teseo, Hipólita, Urbano, entre otros; y Manuel de los personajes mundanos, cómicos y alegres. Pero lo importante siempre fue dar preferencia al sentido amoroso a través del lenguaje de hoy.

Manuel: En mi caso, desarrollé el perfil de los peones, los obreros, los criados y el mundo mágico. En un principio quise hacerme cargo de las hadas y transformarlos en personajes chilenos, pero ahí quedaba muy regionalista la obra. Entonces, hubo la decisión de universalidad, de dejarlos como duendes, hadas o como personajes de ese mundo paralelo al nuestro.

Y ¿qué elementos varían y cuáles permanecen en la adaptación de la obra?

M: No hay reyes, porque está adaptada al mundo nuestro, al mundo campesino chileno, con un patrón de fundo que tiene peones, con temporeros, con la misma temática, la misma historia pero contada de una manera diferente. Entonces, los diálogos están pensados en el lenguaje popular chileno, lo que le da otro sabor, sin que la historia se aleje de la original.

G: A Teseo hay que leerlo como un patrón de fundo buena onda. Eso lo entendemos, por ejemplo en la escena en que Urbano muy complicado llega a conversar con el rey sobre el problema que tiene su hija, entonces le dice “Muy buenos días patrón / muy buenos días Urbano / qué te trae tan temprano a tan humilde mansión”, dice Teseo. Y ahí se da este rasgo de humanidad.

¿Fue muy complejo adaptar los personajes de Shakespeare a prototipos chilenos?

G: El proceso en el papel tiene que haber sido tres meses y medio, de hecho hasta hoy se corrigen detalles sobre detalles, para que la historia sea lo más fidedigna respecto del texto original en términos de mantener el carácter de los personajes. Dentro de la adaptación, la dificultad en mi caso fue que nunca leí a Shakespeare, lo único que sabía era “to be or not to be”.

¿Qué elementos de la lira popular están presentes en la obra?

G: En el montaje van a haber cosas simpáticas, como canciones que están insertas en el texto. Obviamente no es una comedia musical, pero hay varias canciones, cueca, tonadas, y ahí tratamos que se apegara lo más posible a la tradición. Por ejemplo, hay tonadas con rasgueo de tonada maulina, hay canto a lo poeta con una melodías muy antiguas, hay guitarrón y guitarras. También hay un soneto y mucho romance, además de las décima. Cada cual tiene su particularidad, así que hay un mosaico de formas literarias que lo hace muy interesante.

Es un texto que trasciende por su forma y contenido.

M: Claro. Esta obra puede ser presentada en cualquier país de habla hispana y va a ser entendida a la perfección, porque pese a que tiene modismos, éstos encajan en un lenguaje popular traducible a cualquier otro. Además, la mayoría de las estrofas, el 90 por ciento del total, están hechas en la décima espinela, que son estrofas de 10 versos.

La poesía popular tenía ese elemento itinerante de trasladarse de un lugar a otro solo con la guitarra y el canto, me imagino que eso se podrá palpar con las diferentes presentaciones que tendrá el montaje ¿Lo sienten de esa forma?

M: Es a partir de esa itinerancia, de esa forma de trabajar y de hacerse a sí misma que la poesía popular pertenece a la gente. Esto es muy importante, porque la poesía popular en América y sobre todo en Chile ha sido una de las formas y fórmulas más desdeñadas por el mundo intelectual. Entonces que se haga esto masivo es volver a los tiempos en que la lira popular recorría todo el país. Y sobre todo, es más importante cuando se entrelaza con otras ramas del artes.

G: Yo creo que sí, desde primer minuto. Los poetas populares que aparecen en la obra, somos poetas de verdad, no somos personajes, somos payadores los dos. Ambos estamos en escena, no estamos fingiendo, eso creo que ha sido muy importante para nosotros. Estaremos con guitarrón e intervenciones y queremos que se note que es poesía popular.

Luego de todo lo que ha significado la adaptación del texto y sobre todo conocer la figura y obra de Shakespeare, ¿cómo entendemos al poeta inglés desde nuestra tradición?

M: Shakespeare manejaba a la perfección el lenguaje popular de su época, y este lenguaje que utilizaremos en la obra tiene su origen desde aquellos tiempos. Lo más fácil de esto fue que Shakespeare a todo le dio un ritmo, entonces jugar con eso ha sido muy sencillo teniendo clara la idea que no sea una traducción literal. Lo que nosotros hicimos, sin pretenderlo, fue una traducción alternativa, diferente de Sueño de una noche de verano.

G: Traspasar a Shakespeare al verso popular, nos hizo conocerlo como un poeta popular más, por la sencillez que plantea en la historia. Porque la historia es una comedia de equivocaciones que son producto de detonantes provenientes de  intervenciones de los seres de más allá. Y fue en esa tarea cuando dimos pie a un relato original y lúdico.

Sueño de una noche de verano es una de las obras nacionales que conmemoran los 400 años de la muerte del dramaturgo y poeta inglés William Shakespeare en la XXIII versión del Festival Internacional Santiago a Mil, y es una coproducción entre Fundación Teatro a Mil y Teatro Camino. Se presentará los días 5 y 6 de enero en CA660, para después presentarse de manera gratuita en las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Metropolitana.

 

Foto superior: Sebastián Pereira.
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