Montaje presenta nueva y contemporánea versión de Las sirvientas de Genet
Montaje presenta nueva y contemporánea versión de Las sirvientas de Genet
Topografía de las lágrimas se llama el trabajo escrito por el dramaturgo Luis Barrales y dirigido por Sebastián Jaña que se presentará en Matucana 100. La obra pretende revisar las implicaciones contemporáneas de la institución de la servidumbre en Chile.
Por Karina Mondaca Cea
El director Sebastián Jaña y el dramaturgo Luis Barrales ya habían trabajado juntos con una obra del novelista, dramaturgo y poeta francés Jean Genet, en 2013. En aquella ocasión, ambos reescribieron el montaje Severa Vigilancia, terminando por dar vida a Jardín de Reos, un montaje que “revela el desconocido mundo de las relaciones humanas en un espacio donde la libertad es sólo un espejismo y el lenguaje el principal método de resistencia”.
Desde entonces, la dupla quiso repetir su experiencia con Genet, pero no fue hasta hace un año que el proyecto empezó a tomar vida. En esta ocasión, el montaje escogido fue Las sirvientas, un texto estrenado en París en 1947 que con el pasar de los años se convirtió en un texto clave del teatro contemporáneo debido a su visión sobre los grandes movimientos de masas y la lucha de clases, con oprimidos y opresores, dominados y dominadores.
Así nació Topografía de las lágrimas, un montaje que pretende revisar las implicaciones contemporáneas de la institución de la servidumbre en Chile. “Una topografía es una descripción de la superficie de un terreno y, en este caso, el terreno es la distancia irreconciliable entre dos clases socio-culturales que se han instalado hace algunas décadas: una burguesía sensible y un proletariado con poder adquisitivo”, explica Sebastián sobre el montaje que se centra en Isabel y Solange. La primera de ellas es una periodista de investigación de 39 años que acaba de separarse y que está escribiendo una ponencia sobre la figura de la “nana” chilena para exponer en el extranjero; mientras que la segunda es la empleada que hace la limpieza en su departamento.
“Tratamos de trabajar con el ícono de la señora que nos hace Genet y también con el de la empleada”, reflexiona Sebastián sobre la propuesta creada 
junto a Luis Barrales. “Hoy vemos una nana que va a nuestras casas dos veces a la semana, que tiene las llaves de tu casa, que entra y ordena todo; y cuando llegas, está todo listo. No hay ningún link entre ambas partes, no como en la obra, que eran empleadas que estaban todo el día con sus patrones, que les cocinaban, que le hacían masajes. Por eso la obra la pusimos en Chile y la hicimos más contemporánea. Muestra a una mina exitosa, una editora, novelista, que se encuentra con su nana porque no va a trabajar a la oficina. No es primera vez que se juntan, pero es la primera vez que van a tener una relación tanto rato”, agrega sobre esta escena que terminará con Isabel leyendo su ponencia a Solange, lo que dejará en evidencia la distancia política y cultural que existe entre ellas.
A 70 años del estreno de la obra original, este montaje interpretado por Katy Cabezas, Claudia Cabezas y Francisca Riquelme, viene a reflexionar en torno a la tesis que está impresa en el montaje de Genet, la que según el director, “es una que ya caducó”. “Toda la dramaturgia está compuesta desde esta imagen típica de la nana del sur, que viene a trabajar a Santiago, que es de una clase baja, pero con conciencia del poder adquisitivo, económico, del capital”, explica Sebastián. “Solange no es alguien ‘pobre’, sino es alguien que trabaja e invierte su dinero en sus propias cosas. Tiene un sueño, quiere comprarse una parcela, se quiere ir y retirar luego, pero es joven y ambas tiene la misma edad”. Por su parte, la otra protagonista es alguien que se puede reconocer fácilmente en nuestra sociedad: “Retratar el otro personaje es mirar cualquier artista: el personaje de Isabel, que es como la dueña de casa, representa a cualquier artista exitoso, escritor, pintor, que se hace preguntas que generalmente el común de nosotros no se hace. Ahí está su contradicción: escribe sobre las personas, pero vive de otra manera”.
Topografía de las lágrimas se presentará del 11 al 27 de noviembre en la Sala Patricio Bunster del Centro Cultural Matucana 100 (Av. Matucana 100. Metro Estación Central y Quinta Normal). Funciones de viernes a domingo a las 20.30 horas, con entradas a $5.000 general y $3.000 para estudiantes y tercera edad. Jueves popular a $2.000 y viernes de amigos 4×3. Tickets disponibles a través de www.m100.cl y en boletería Matucana 100.