Las ambiciones de los políticos quedan expuestas en montaje basado en Ricardo III
En medio de un año en que se rinde tributo al legado de Shakespeare a 400 años de su muerte, la dramaturga nacional Lucía de la Maza, nos presenta el montaje Ricardo, su versión del clásico de William Shakespeare Ricardo III, dirigido por el ganador de la XIV Muestra Nacional de Dramaturgia del año 2010, Sebastián Cárez Lorca y que se presenta sólo en tres funciones gratuitas en el Parque Cultural de Valparaíso del 17 al 19 de agosto.
La iniciativa surgió cuando Cárez Lorca le propuso a Lucía de la Maza el desafío de aterrizar el drama de Ricardo III a la contingencia actual, como señala la también actriz, “queremos trabajar con Ricardo III porque, en palabras del director, es una obra necesaria, es una de las obras que hay que hacer de Shakespeare, por el simbolismo que tiene. Porque hay desigualdad, hay una incertidumbre política que nos tiene a todos sin saber qué va a pasar la próxima semana, ya ni siquiera estamos pensamos en el próximo gobierno”, indicó.
El principal elemento de la obra es el poder, el cual se traduce en las conspiraciones, ambiciones, y el enfrentamiento que tienen los protagonistas para lograr la sucesión al trono, en donde asciende Ricardo Duque de Gloucester, quien se deshace de todos para lograr su propósito.
“Esta versión nos muestra un Ricardo que intenta lograr lo que se propuso Shakespeare, que es hacer el ejercicio de criticar la sociedad regida por monarquía siendo un autor del rey. La idea es reírse de los reyes, poniendo en cuestionamiento la misma institución que los cobija, como las fuentes de financiamiento, la institucionalidad, etc”, explicó.
Respecto de la dramaturgia, De la Maza adelanta que se mantienen la mayoría de los personajes, pero algunos han sido funcionados con tal de otorgar más fuerza al personaje principal. A su vez, la adaptación mantiene la escritura casi completa, pero los cambios que destacan son los juegos de palabra, dichos chilenos, y citas a figuras u objetos intocables como la bandera nacional.
En medio de un año revolucionado por los casos de corrupción y las boletas falsas, la obra se presenta como una reflexión necesaria en la que se espera provocar al público para que saque sus propias conclusiones, pensando en cómo vemos a estos personajes hoy.
“Las aspiraciones de Ricardo para llegar al poder, pueden ser las de cualquier político chileno, que podría ser capaz de sacar del mapa a toda la gente que se encuentra en su camino, con tal de llegar a ese poder y eso caricaturiza muchas de las situaciones que han sucedido o que se han destapado y siempre están asociadas al poder”, agregó la dramaturga.
En ese sentido, la creadora se refirió a que el contraste entre la monarquía que nos presenta Shakespeare, respecto de la clase política actual, deja entrever que hay ciertas prácticas que se repiten pese a los siglos.
“El tema del poder, estando en cualquiera de los bandos, corrompe, porque ante el poder todos somos débiles, esa es una premisa de la obra. Nos resulta gracioso pensar que mucha gente que está en el poder en Chile tiene cargos como de realeza, incluso heredados. El rey equivale a un presidente, pero no necesariamente a la Presidenta Bachelet, las referencias tienen que ver con los cargos de poder que ocupan los personajes”, comentó.
La obra se presenta en Valparaíso, una de las regiones en donde la escena teatral ha ido aumentando en los últimos años, fortaleciendo la creación de autores desde el puerto. Al respecto, la dramaturga, quien fue Encargada del Área de Teatro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2011 – 2015), indicó que, si bien se ha avanzado siempre es insuficiente. “Esperamos que este año haya un enfoque descentralizador, y que esto cambie. Hay un avance y colaboración entre creadores de diferentes partes, y esto se debe a los encuentros nacionales”, finalizó.