La Trampa, el montaje coral que nos interpela sobre la individualidad y la identidad cultural

Este 10 de junio se estrena la última propuesta del dramaturgo Alejandro Moreno, La Trampa en el sexto ciclo de teatro chileno contemporáneo Teatro Hoy. El montaje, que está interpretado por un coro de 12 voces, busca reflexionar sobre “qué es lo que nos constituye como cultura desde una perspectiva más amplia, desde la sociedad contemporánea”, explicó su director Horacio Pérez.

Por Diana Torres

El dramaturgo nacional Alejandro Moreno y el director Horacio Pérez entablaron amistad hace bastante tiempo, lo que ha dado paso para que la última creación de Moreno La Trampa sea montada y estrenada por el director y actor en el sexto ciclo de teatro chileno contemporáneo Teatro Hoy este viernes 10 de junio en el Centro Cultural Gam.

Ambos son egresados del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, y se hicieron muy amigos cuando se encontraban estudiando en la New York University. Horacio había sido premiado con una Beca Chile para cursar un Master of Arts, mientras que Alejandro se encontraba haciendo un Master of Fine Arts en Escritura Creativa en Español en la misma universidad. Una vez de regreso, el director comienza a trabajar en la Universidad de Chile, y junto a Moreno organizaron un taller de dramaturgia que fue dictado por él. “Todos esos factores influyeron en que quisiéramos hacer un proyecto juntos”, comentó Pérez.

A lo que agregó, “la línea de investigación de Chato (Alejandro) tiene que ver con la voz y sus implicancias culturales, políticas y estéticas, y por ahí surgió la idea de hacer un proyecto que se centrara en la voz desde una perspectiva coral, con un elenco numeroso”.

Pasaron los meses, hasta que un día Alejandro lo llama y le cuenta que le envió por mail su última obra llamada La trampa. “El Chato (Alejandro) es un artista muy generoso, me ‘regaló’ la obra para que yo la dirigiera como quisiera, y cuando la leí me encontré con este texto maravilloso que no solo estaba escrito para ser dicho a muchas voces, sino que además reflexionaba –desde la dramaturgia- en torno a la coralidad, abriendo toda una nueva posibilidad escénica para mí”, señaló.

La Trampa cuenta la historia de un hombre que abandona a un grupo de personas para empezar a vivir solo. Articulados como un coro de muchas voces que hablan al unísono, los personajes se dirigen al hombre que, acompañado por un niño, escucha cómo ese grupo interpela su decisión de dejarlos. Para el director, la obra reflexiona sobre “qué es lo que nos constituye como cultura desde una perspectiva más amplia, desde la sociedad contemporánea”, explicó.

El montaje cuenta con 12 actores en escena, algunos de los cuales llevan uniformes con la idea de “representar este sentido de la producción en serie”, indica Pérez. Para dar más fortaleza a este argumento, la escenografía e iluminación buscan desmarcarse de lo tradicional, otorgando la sensación de lo infinito y abstracto. Respecto de la puesta en escena “me interesa crear imágenes que tengan algo de fotográfico, como fotografías vivas, que den relieve a la palabra dicha”, adelantó el director.