El renacer del Teatro Camilo Henríquez
En 1956, y en pleno centro de Santiago, se inauguró el Teatro Camilo Henríquez, propiedad del Círculo de Periodistas de Santiago. En su escenario se presentaron obras cumbre del teatro local, como La pérgola de las flores; Ánimas de día claro (con Víctor Jara a la cabeza) o Antígona, con las actuaciones de Jaime Vadell y Violeta Vidaurre. En la década de los 80, sin embargo, el teatro perdió su esplendor. Por años, fue subarrendado para la realización de todo tipo de actividades, incluso ajenas a las artes escénicas: el parqué se cubrió con una alfombra oscura y las butacas originales fueron reemplazadas por sillas de plástico.
Después de muchos intentos por recuperar el espacio (que fue la casa del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica por más de veinte años), el Círculo de Periodistas se adjudicó un Proyecto Fondart –de 35 millones de pesos– en la línea de fomento al mejoramiento de la infraestructura cultural. La propia organización aportó otros 11 millones y medio para ver el sueño hecho realidad. El proceso de restauración se puso en marcha en marzo de 2014 y se extendió hasta el mes de septiembre. Se pintaron los muros, modernizó el equipo de iluminación, restauraron los baños y reinstalaron 213 butacas en el primer y segundo piso. Además, se recuperó el parqué original y remozaron los cuatro camarines, bautizados en homenaje a Isidora Aguirre, Ana González, Luis Alberto Heiremans y Roberto Parada.
Pero el renacer no sólo vino de la mano de cambios estéticos: a partir del 17 de diciembre del año pasado, el dramaturgo Ramón Griffero asumió como nuevo director artístico del espacio. Su primera misión fue abrir una convocatoria con el fin de estructurar la programación de 2015. Entre enero y abril optó por los reestrenos: Prometeo el origen (su última creación); Silabario de Bosco Cayo y el montaje infantil JOTA I (la hermana Ji) a cargo de Verónica García Huidobro. Atacama, protagonizada, entre otros, por Daniel Contesse y Paula Luchsinger, es el primer estreno de esta nueva etapa.
El observatorio más grande del mundo, ubicado en pleno desierto, acoge una conferencia internacional donde destacados científicos presentan sus avances tecnológicos. Todo marcha bien hasta que un grupo de indígenas precolombinos traspasa la barrera del tiempo, interfiriendo –desde el pasado- las acciones del presente. ¿Qué es lo que vemos realmente? ¿Dónde existimos? Estas y otras preguntas sientan las bases de Atacama, proyecto de la compañía Tercer Abstracto que se presenta entre el 2 de mayo y el 7 de junio en el renovado Teatro Camilo Henríquez. La obra, dirigida por David Atencio, marca un hito en la historia de la emblemática sala de Amunátegui 31.
“En la década del 50 y 60 el Teatro Camilo Henríquez acogió los estrenos más importantes de los dramaturgos chilenos. Ante ello, la programación del 2015 se centra en la difusión y presentación de autores nacionales contemporáneos”, afirma Purísima Gaune, Presidenta de la Comisión de Teatro del Círculo de Periodistas.
“Como línea curatorial nos hemos planteado, esencialmente, la necesidad de constituir un lugar donde se puedan manifestar poéticas de texto y espacio que indaguen en el universo de nuestra existencia. Más allá de lo generacional, la programación 2015 da cuenta de la creciente autoría de nuestros creadores escénicos , donde se trabaja desde el teatro abstracto (Atacama, de David Atencio) a la mordaz ironía grotesca de Carla Zúñiga o los trabajos más performáticos de David Gaete”, agrega Ramón Griffero.
Después de Atacama, es el turno del montaje Cuando explote la tercera bomba (junio), escrita por Benjamín Villalobos y dirigida por Juan Diego Bonilla. Le siguen En el jardín de rosas sangriento (julio), texto de Carla Zuñiga que narra la historia de un asilo de ancianos al que llega una mujer inquietante: la esposa de un ex dictador. En agosto Héctor Freire estrena Las hijas de Lot -protagonizada por José Soza- donde se relata la destrucción de la ciudad de Sodoma y, en septiembre, Alejandro “Chato” Moreno sorprenderá con un nuevo experimento sonoro: La voz que sacrifica la luz. En octubre, en tanto, Antonia Zegers, Francisca Gavilán, Mario Horton e Iván Álvarez de Araya interpretarán Últimos remordimientos antes del olvido de Jean Luc Lagarce (bajo la dirección de Alejandro Castillo). Cierran la temporada La modestia (noviembre), del destacado autor argentino Rafael Spregelburd -a cargo de Pasquinel Martínez- y Conejo (diciembre) de David Gaete, obra que revela lo que sucede al interior de un espacio con fachada de cyber donde convergen un grupo de personas nacidas en la generación del 90.
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