Con itinerancia en cinco comunas de Santiago se estrena montaje basado en la Unidad Popular
Parte de la propuesta política de Salvador Allende en la Unidad Popular (UP), fue construir una nueva sociedad con el pueblo como actor principal, en donde quedaran en manifiesto las luchas sociales. En ese sentido, la idea del arte como agente transformador de la sociedad era algo que formaba parte de los planes de trabajo, y fue así como el teatro tomó un rol importante en este panorama.
El teatro de aficionados, liderados por grupos independientes, alejados de la academia, se fortaleció desde el año 70 en adelante, y obreros, campesinos, estudiantes y personas de diferentes poblaciones fundaron compañías y agrupaciones teatrales. Esto hasta el Golpe de Estado.
Bajo esta realidad, que hoy vemos tan lejana, fue que nació el montaje de teatro callejero Los Hijos del sol de la dramaturga y directora Lorena Erpel, que se estrena el próximo cuatro de noviembre en Matucana 100, y que contempla una itinerancia en un camión Ford del año 67 por las comunas Lo Prado, Pedro Aguirre Cerda, Pudahuel, Maipú y Quinta Normal.
“El arte se democratizó de cierta manera en esa época, por eso elegimos el camión itinerante porque eso en sí mismo es una práctica de la UP. El teatro y la música salen de la academia y se abre a las comunas más lejanas de Santiago, entonces el teatro se convierte en un lugar donde es posible continuar con la lucha política”, señaló la autora.
La inquietud de la dramaturga por el tema surgió hace bastante tiempo ante la pregunta sobre la memoria y el rol que la sociedad actual cumple en el rescate de la historia social, cultural y política de Chile, sobre todo después de una dictadura que incluso hoy deja secuelas. Todos estos antecedentes fueron parte de una investigación que duró un año, y que desembocó en el montaje itinerante.
“Mi objetivo de hacer un ejercicio de memoria respecto de la Unidad Popular, de este proyecto que generó un tejido social tan profundo, y a un nivel organizacional muy grande entre profesionales, intelectuales, obreros, campesinos, y el mundo sindical”, señaló.
La historia ocurre en una población llamada Sendero Agrícola, donde hay una familia que es la protagónica, liderada por Ismael Galdámez, quien es un obrero metalúrgico aficionado al teatro, y Julia Vega. A esta población llega la Compañía de teatro Los Saltamontes, con su espectáculo “Los cabezones de la feria” y con la invitación a participar del Primer Festival de la canción obrera de Chile. Con su esto, Ismael se entusiasma a participar, porque entiende que el teatro genera organización política y social desde el arte. Sin embargo, Julia se manifiesta escéptica. El matrimonio entra en crisis, al igual que el gobierno de la UP producto del boicot económico y mediático de la derecha.
Para dar vida a estos personajes y al ambiente que se espera proyectar, la autora se entrevistó con familiares de detenidos desaparecidos, ejecutados políticos, personas que fueron parte del área sindical, de la educación, del mundo artístico, y ex ministros de Salvador Allende.
De estas conversaciones surgió el nombre del montaje, gracias al testimonio de Alicia Lira, quien perdió a su compañero. “Ella me hablaba de la UP como una primavera eterna, como una época llena de colores, de felicidad, de trabajo, y de dignidad. Había mucho por hacer, pero era un trabajo que te daba dignidad como ser humano, porque se estaba trabajando de forma colectiva para conseguir una mejora en las oportunidades. Nosotros nos sentíamos hijos del sol, fue su testimonio”, relató la directora.
La dramaturga contó con la asistencia del Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2011, Juan Radrigán, quien falleció recientemente. “Desde la universidad generamos un lazo muy cercano, de igual a igual, él siempre fue muy abierto a enseñar, nunca discriminó por ser joven o mujer, sino que te veía como una persona que tenía un mundo interior, a la cual él apoyaba. Fue un maestro maravilloso, muy verdadero que hay que seguir en el teatro y en la vida”.
A esto se suma el escenógrafo Willy Ganga, quien fue parte y testigo de esta época, y la directora de arte Carolina Negri, quienes fueron los encargados de reproducir la estética de la época; más el Premio Nacional de Artes Musicales 2002, Fernando García. “Hablar de la Unidad Popular es un tema que incomoda, que molesta, que pone nervioso, hay personas que no saben de ese proceso, hay mucha desinformación, entonces estamos muy expectantes”. A lo que agregó, “no pretendemos que la obra sea una revisión de la historia, sino que se plantee como una instancia de reflexión desde el presente”.
Los hijos del sol, de la compañía Los hijos del sol dirigida por Lorena Erpel se estrena el 4 de noviembre a las 22 horas en Matucana 100. Después de cada función habrá un conversatorio con el público asistente. Más información de las fechas: