Cada minuto cuenta
En la sala principal del Centro Cultural Matucana 100, una veintena de personas circulan por cada uno de sus rincones. Es el primer día en que la compañía La Re-Sentida y todo su equipo se instalan en el lugar para dar vida a La dictadura de lo cool, su más reciente creación que forma parte de Ciclo Teatro Hoy 2016.
Entre medio de las más de 500 butacas del teatro se observan cajas, vestuarios, cables, un disfraz de un oso y distintos materiales que forman parte del montaje. Hay técnicos que visten de negro, que suben y bajan las escaleras del salón para afinar los detalles que solicita Marco Layera, el director de la obra. Prueban las luces, mueven el telón, coordinan el audio y la imagen que debe proyectarse en una gran pantalla, y que sale de una cámara que debe moverse por todo el escenario. Aún no está listo, pero aseguran que para el fin de semana funcionará sin problema.
En el camarín número 2, los protagonistas se preparan para el primer ensayo en la sala, la misma que hace tres años los recibió cuando presentaron La imaginación del futuro por primera vez. De fondo se escucha cómo prueban sonido, mientras que una de las actrices plancha su vestuario sobre el mismo mesón que luce máscaras, pelucas, maquillaje y accesorios para cada uno de los actores. En el mismo lugar, el resto de sus compañeros conversan sobre la historia de la compañía, sus trabajos anteriores y cómo se viene este nuevo proyecto que se mofa de los artistas y del mundo de las artes y la cultura en nuestro país. Se ríen, comparten recuerdos y reflexionan sobre lo que han venido haciendo desde 2008.
Incluso antes de que comience la función, el escenario es el que concentra toda la acción, ya que los productores y el director continúan ubicando los innumerables elementos que ayudarán a dar vida la historia. Dicen que no se ganaron el FONDART, que recibieron el aporte del teatro HAU Hebbel am Ufer de Berlín, y que todo el resto del financiamiento salió del bolsillo de sus integrantes y dineros que ahorraron de presentaciones y giras pasadas. Hablan de números, de cifras, de plata, y resulta increíble que hayan sido capaces de lograr una producción de ese nivel.
Lo que más llama la atención en el escenario, además de su reluciente piso rojo y el hermoso telón que durante días estuvo “atrapado en la Aduana”; es la cantidad de botellas que se esparcen por todos los rincones. No tienen claro cuántas son, eso lo sabrán al momento de hacer el inventario que tendrán que enviar al Festival d’Avignon, evento teatral en el que se presentarán del 18 al 24 de julio en el Gymnase Du Lycée Aubanel. Por mientras, ubican las botellas de cerveza, champaña y ron en las mesas que tienen fotos de famosas celebridades y de políticos chilenos.
Marco Layera hace un llamado para comenzar el ensayo y un telón blanco es ubicado al frente del escenario, intentando ocultar lo que se va a vivir en breves momentos. Los técnicos están listos y los seis actores se ubican en un camarín montado en un rincón del escenario, y que también forma parte de la obra. Ahí se maquillan, se arreglan y conversan. Se ríen y todos juntos posan para una selfie, una foto que va a inmortalizar el comienzo de cada una de las cinco funciones que tendrán en Matucana 100, y también de todas las otras que vendrán.