14F: ¿Cómo representa el teatro contemporáneo las historias de amor?
Por Constanza Rifo
El amor no sólo ha servido al teatro como inspiración para hablar de lo afectivo-emocional, sino también para retratar la historia política y social desde donde se sitúan los personajes, contando cómo se desenvuelven las sociedades en aspectos tan íntimos como este. Sin ir más lejos, La pérgola de las flores de Isidora Aguirre ─un montaje emblemático del teatro chileno─ cuenta, por un lado, la historia de la pérgola de San Francisco que en 1929 es amenazada con ser demolida, lo que desencadena un gran conflicto social, mientras que, en paralelo, sucede el enamoramiento entre dos de sus personajes: Carmela y Tomacito. O La negra Ester, que narra el amor imposible entre una prostituta del puerto de San Antonio llamada Ester y un guitarrero de cantina de nombre Roberto, recorre paralelamente la historia popular de Chile y la vida bohemia de la década de los ’40. El amor es el centro y a la vez el pretexto de muchos autores para contar todo tipo de historias, todo tipo de realidades.
Es 2019 y si bien nos encantan los clásicos, algo ha mutado. La dramaturgia y la representación actual ofrece nuevas formas de plasmar las relaciones amorosas, y no necesariamente románticas, siendo un espejo de los cambios que la sociedad viene experimentando desde hace algunos años. El feminismo y la diversidad sexual se han ido tomando la cartelera teatral. Las historias ya no son sobre mujeres que dejan todo por amor, ni de hombres como objetos de la masculinidad, ahora tenemos sobre el escenario amores de los que antes no se hablaba, que incluso son mal vistos o que, frente al juicio de algunos, resultan imposibles.
Si en el pasado La pérgola de las flores y la Negra Ester fueron representaciones del amor en Chile y Romeo y Julieta de la historia universal, ¿qué historias estamos contando hoy?
Romeo y Julián – amor romántico/diversidad sexual
En 2018 se estrenó Romeo y Julián, un montaje de Carlo Urra que propone una adaptación contemporánea del clásico de Shakespeare, en el que la relación fatal entre los protagonistas se convirtió en un símbolo universal de la figura de los amantes desventurados, enamorados y condenados por fuerzas externas a no estar juntos. Esta reversión está situada en el Verona, un colegio particular ubicado en Providencia, donde dos muchachos se enamoran de manera intensa. A pesar de tener un par de amigos que comprenden su amor, sus familiares se oponen tajantemente a que puedan estar juntos y, ante este rechazo, la pareja decide huir para poder amarse en libertad. Sin embargo, después de un trágico accidente provocado solamente por el odio a lo distinto y los hostigamientos de sus padres, los chicos terminan sus días muertos en el baño del establecimiento.
Romeo y Julián es una obra que, con un ojo puesto en la actualidad, retrata una historia necesaria en tiempos de más aceptación pero también, como en toda revolución, de algunos opositores. Además, invita a reflexionar en torno a la discriminación y el rechazo a partir de esta relación entre dos adolescentes homosexuales de un colegio privado de Providencia.
El amarillo sol de sus cabellos largos – el amor filial
A lo largo de sus cinco montajes estrenados, la compañía La niña horrible ha construido una dramaturgia y lenguaje escénico que oscila entre el expresionismo y lo grotesco, además de caracterizarse por abordar temas de género con una mirada crítica, llena de humor e ironía. En 2018 estrenaron El amarillo sol de tus cabellos largos, obra escrita por la dramaturga Carla Zúñiga, una de las voces más interesantes de la nueva escena teatral chilena.
Esta obra no habla sobre una historia de amor romántico, sino del amor filial. Es la historia de Alma, un travesti al que su familia le quitó su pequeño hijo de casi un año, cuestionando su orientación sexual y desestimándolo en su rol de madre/padre. Alma, junto a sus amigos travestis, hará todo lo posible por recuperar a su hijo, incluso renegar de quién es realmente. Esta obra cuestiona el rol de madre y padre desde una sociedad patriarcal heteronormada, resignificando la construcción de familia en tiempos actuales.
El montaje se pregunta desde dónde es más revolucionario ser madre y pone a los espectadores frente al dolor de un travesti, figura desconocida para muchos e ignorada por otros. Es imposible salir de una función sin cuestionarse al menos si habíamos pensado la maternidad desde ese lugar o si la familia para nosotros sólo responde a madre y padre heterosexual. En ese sentido, la obra interpela y habla de la sociedad en la que estos cuerpos fuera de la norma se desenvuelven. Además, en el arte del montaje se utiliza como referente la famosa serie fotográfica La manzana de Adán, de la chilena Paz Errázuriz, compuesta por imágenes que la fotógrafa tomó a travestis entre 1982 y 1987 al interior de prostíbulos de Talca y del barrio Vivaceta, en Santiago, por lo tanto es también un rescate y reivindicación histórica, pero de esa historia marginal que nadie cuenta.
Feos – amor fuera del canon
La compañía Teatro y su doble estrenó en diciembre del año 2015 Feos, montaje de marionetas escrito por Guillermo Calderón y dirigido por Aline Kuppenheim, inspirado en el cuento La noche de los feos de Mario Benedetti. En la fila de un cine un hombre y una mujer se ven por primera vez. Ambos tienen visibles deformidades físicas, ambos están solos, ambos han vivido soportando la mirada hiriente del mundo. Ineludiblemente se despierta en ellos la idea del lugar común, la posibilidad. “Tal para cual”, piensan. Juntos deciden ir a buscar en la oscuridad todo aquello que la luz esconde. Pero nada de eso es tan evidente.
El ideal de belleza impuesto por la publicidad o los medios de comunicación también ha sido cuestionado por el teatro. En Feos la compañía explora en la soledad y la discriminación que han enfrentado sus protagonistas, y en la azarosa posibilidad de encontrar en el otro, un lugar común. El montaje no sólo plantea una historia de amor, sino que también una reflexión en torno a la discriminación, a la dictadura de lo estético, de lo agradable de ver, como si lo demás simplemente no existiera.
Locutorio – amor en la vejez
Escrita por Jorge Díaz y dirigida por Cristián Plana, Locutorio narra la historia de un hombre mayor que le habla a Elisa, su mujer, dentro de un locutorio. Ahí los dos dicen ser el que está visitando al otro. Pero a pesar de las dudas y del vidrio que los separa, ellos logran encontrarse. No importa tanto aclarar lo que es real y lo que no lo es cuando recuerdan las ensaladas que cocinaban, los ronquidos frente al televisor y las noches interrumpidas para hacer el amor. Renacen promesas. Olvidan detalles. La edad, la confusión y la distancia no han terminado de borrado la ternura, violencia y erotismo de su relación.
Otra de las partes de la sociedad que siempre queda en el olvido son los ancianos, un grupo al que con frecuencia se le asocian imágenes tiernas, familiares, siempre como un apoyo para el resto, pero poco como individuos. Olvidamos que los ancianos tienen pensamientos propios o son seres sexuales aún y los despojamos de características tan humanas, para dejarlos en el olvido hasta que dejan el mundo. En Locutorio vemos a una pareja de adultos mayores que están situados en un espacio no evidente, separados por un vidrio y sumidos en una conversación que abraza la escena dando contexto de sus vidas, evidenciando la desolación que sienten estos personajes que transitan entre el mundo racional y la pérdida de la memoria y sus sentidos, pero los une el amor y la compañía que se entregan el uno al otro.