100 en 1 día: Cuando el arte llega a las calles por los ciudadanos
Cada año son muchos los postulantes que llegan con ideas para participar del Festival 100 en 1 día, y en esta cuarta versión la regla no fue diferente. El festival, que se realizará el 19 de noviembre en los Barrios Lastarria, Bellas Artes y San Borja; contempla una programación variada con 102 intervenciones de diferentes disciplinas, en donde la danza, instalación, música, performance, teatro, juegos y talleres, son todos protagonistas.
La idea llegó con el arribo de su directora, Ana María Quiceno, oriunda de Colombia, a Chile en 2013. De allí en adelante, y junto a su equipo de colaboradores, han orientado a integrantes de colectivos, agrupaciones de todo tipo y también ciudadanos a expresarse a través de intervenciones en el espacio público, y en donde los asistentes disfrutan de manera gratuita y a lo largo del día de acciones artísticas.
Este año las intervenciones están cargadas hacia la interacción social, reflexión y crítica, y dentro de las categorías, las que más se repiten son la instalación y performance. En la categoría de teatro se encuentra la obra Macbeth a cargo de Teatro Anatómico, que busca recrear el montaje de William Shakespeare; también destaca Historias para cambiar el mundo de Aula Feminista, que consiste en tres pequeñas obras de teatro basadas en cuentos infantiles pero enfocados a una enseñanza feminista. A estos montajes se suma Las Aseadoras, Florecen cuentos, Efecto Invernadero y Pieza teatral para pocos espectadores.
El festival se realiza de manera colaborativa, ese ha sido un sello que los ha marcado desde sus inicios, es por eso que los seleccionados participan de talleres en donde se trabajan las ideas, la realización, y el impacto, entre otros aspectos. “Vemos que cada vez trabajamos mejor las ideas, damos mejores consejos, y la cantidad de las intervenciones cada año van mejorando, y al mismo tiempo nosotros vamos afinando mucho más los detalles”, contó la directora.
A lo que agregó, “nosotros siempre decimos que los talleres son la columna vertebral del festival, ya que detrás de estas intervenciones, se realiza un seguimiento a todos los proyectos seleccionados. Es un proceso que el público desconoce, pero es un trabajo importante para dar con un resultado de calidad”, estimó.
El trabajo dura alrededor de dos meses, y se realiza en los meses de agosto y septiembre una vez a la semana. Es personalizado y enfocado, cada grupo es integrado por diferentes propuestas y tiene un monitor que va guiando el proceso, pero al mismo tiempo todas las personas pueden aportar a la idea de los demás. Las disciplinas se cruzan durante las tres etapas que consisten en el desarrollo de la idea, la búsqueda de los materiales y el montaje de la intervención, y una tercera sesión en donde el intervencionista entregará los datos finales y la planificación, más un prototipo de cómo se verá la intervención.
“Más de la mitad de personas que vienen realizan una intervención urbana por primera vez, son personas muy creativas que nunca antes habían encontrado el espacio, la plataforma y la seguridad para hacerlo. Ellos ven que a través de 100 en 1 día pueden encontrar un lugar amigable, ciudadano y abierto, porque aquí las personas pueden expresar lo que quieren de su ciudad”, aseguró la también comunicadora.
De esos talleres han salido las extensiones en Valparaíso y Valdivia, donde agrupaciones de ciudadanos han decidido organizarse y llevar el encuentro a sus ciudades. Es así como se espera que al movimiento se sume Concepción y Talca.
¿Cuál es la reacción de los intervencionistas al final del día?
En la última versión del festival nos dimos cuenta que para las personas es un día realmente especial en la vida de todos los que participan y es una experiencia que nunca vas a olvidar. Pensaron que quizás no iban a lograrlo, que cuando llegaron con una idea general nunca se imaginaron que en tan poco tiempo iban a concretar esta idea, y la iban a llevar a cabo. Es una experiencia importante y enriquecedora.
En contraste a la primera versión, ¿nos costó tomarnos el espacio público?
Sabes que no, eso fue un tema muy importante el primer año porque yo llegué con las ganas de hacer el festival, y cuando comencé a hablar con gente para conformar el equipo, los que se engancharon con la idea se motivaron y apasionaron, pero había muchas personas que me decían que los chilenos son fomes, les da miedo salir a la calle a expresarse, somos súper reprimidos, y yo nunca me lo tomé como un impedimento. Recibí ideas, y aparecieron voluntarios, y pensé que en Chile están las ganas de expresarse, son creativos y motivados para trabajar en proyectos colaborativos y tomarse las calles. El primer año tuvimos más de cien intervenciones.
El festival surgió en Colombia en 2012 y estos años se ha replicado en 14 países, esto nos habla de una sociedad que necesita manifestarse.
Si, se ha hecho en 30 ciudades del mundo y en 14 países. Esto es mundial y es impresionante porque se ha replicado en ciudades pequeñas y en capitales del mundo. Uno se da cuenta que cualquiera puede replicarlo en su ciudad, y si eres lo suficientemente motivado puedes hacer varias versiones.