Teatro La María y el reciente estreno de Fe de Ratas: “Ponemos en conflicto el concepto de creer”

Conversamos con Alexandra Von Hummel y Alexis Moreno sobre Fe de Ratas, último montaje de la compañía que estará en cartelera hasta el 20 de octubre en el GAM.

Por Lorena Caimanque

La idea les rondaba desde hace algunos años. Fue luego del estreno de El Hotel en 2016, que los integrantes de Teatro La María comenzaron a pensar en hacer una obra sobre abusos al interior de la iglesia, un tema que, para ellos, calza perfecto con la mirada que tienen sobre Chile: “un país ambiguo, hipócrita y plagado de preguntas sin respuesta”, dice Alexis Moreno, director y dramaturgo del montaje.

Estrenada el pasado 28 de septiembre, Fe de Ratas es el último trabajo de esta compañía con cerca de 20 años de historia. Una comedia negra que pone en tensión el concepto de creer y cierra una trilogía compuesta también por las obras Los Millonarios y El hotel.

¿Cuándo surgió el concepto de trilogía?

Alexis: Fue ensayando esta obra. En el proceso nos dimos cuenta que está cargada de esa hipocresía y perversión que también cruza a los montajes anteriores. Por ejemplo, si en Los Millonarios esta idea se reflejaba a través de unos abogados que odian pero a la vez defienden a un mapuche, en El Hotel esa hipocresía tomaba forma en el tema de los criminales de dictadura en nuestro país, y en la manera absurda en que este problema se ha enfrentado históricamente. En el caso de Fe de Ratas ponemos en conflicto el concepto de creer, es decir, qué significa esto de la fe, qué tan responsables somos a la hora de decidir creer en algo.
Alexandra: En las tres obras Chile es un país que nunca se mira. Son temas que se presentan como erupciones, noticias que aparecen y se van. En Fe de Ratas son los abusos sexuales de los curas, pero vamos más allá y nos preguntamos qué significa creer, dónde finalmente uno pone la confianza y la fe.

¿Qué otras reflexiones plantea la obra?

Alexis: Se trata también de qué fue lo que pasó cuando llegó la democracia, qué fue de este gran movimiento que luchó para conseguir derrocar la dictadura. Y termina la dictadura y cuando estamos en democracia aparece otra crisis. Y eso lo aborda la obra también, porque el protagonista era un héroe que hoy está siendo acusado de abusos sexuales.
Alexandra: Y lo otro es que se ponen en fricción cosas que son súper atractivas, que es todo el imaginario católico que proviene del país. Entonces en un momento acusan al protagonista y alguien dice “Dios todo lo perdona”. Y efectivamente es una idea que ronda en la iglesia, que Dios todo lo perdona. Esa frase expresa la torcedura que permite la fe.La fe como eso que calma cualquier intento de revuelta, de indignación. En el fondo, esa iglesia que enseña la caridad, no la indignación.

Y el humor, ¿de qué manera se inserta en el montaje?

Alexis: Es una obra plagada de humor negro, hiper-cruel, porque la vida es así. La vida es grosera, insolente, hipócrita. Además, el humor te permite sacar todo paternalismo. Uno no quiere comprender al cura pedófilo, más bien uno lo expone, y al tratar de exponerlo con su verdad aparece todo su error, y su defensa es tan ridícula, que ahí empieza a emerger un humor que es súmamente cruel.
Alexandra: En las tres obras nosotros no buscamos denunciar algo. No nos interesa dar mensajes ni nada, asumimos más bien siempre el rol de los feroces, de los abogados millonarios, de los  torturadores, y ahora de curas, monjas, finalmente de quienes tienen el poder.

¿Y cómo fue el proceso de construcción de estos personajes “feroces”?

Alexandra: Hay un imaginario que es fascinante y morboso al mismo tiempo. No nos preocupamos de armar los personajes a partir de una investigación, sino que nos enfocamos en que los personajes salgan por consecuencia. Casi como si fuera una discusión de ideas entre entre el elenco que luego toma forma y se encarna en un personaje.
Alexis: Los personajes, tal como en El Hotel o Los Millonarios, no son seres humanos, son fuerzas, corresponden a comportamientos, entonces esos comportamientos escénicos son los que el actor tiene que traducir en su cuerpo, en un instinto.  Y además agregaría que en Fe de Ratas es la puesta en escena el gran personaje, porque ahí es donde  realmente va existiendo la evolución de estos seres.

Fe de Ratas estará hasta el 20 de octubre en el GAM. Funciones de miércoles a sábado a las 20:30. Más información sobre precios y compra de entradas AQUÍ