4.3.2019 | None
Mujeres creadoras: ¿Cómo dialoga el feminismo con el teatro?
El teatro se compone por variadas labores y todos los detalles son importantes. Para que un montaje se lleve a cabo, no sólo se necesitan actrices y actores, hacen falta diseñadores integrales, directores artísticos, directores musicales, productores y dramaturgos o dramaturgas, y las mujeres se han hecho presentes en cada una de esas actividades.
En el marco de la conmemoración del mes de las mujeres trabajadoras, queremos destacar a quienes han contribuido a través de diferentes expresiones artísticas a cuestionar la forma en que vivimos y las injusticias que rodean a la población femenina. Hablamos con ellas y nos contaron quiénes son las mujeres que las inspiran y la importancia que tiene el feminismo a la hora de hacer teatro.
Directora, dramaturga, docente y actriz de teatro y cine. Fundó la compañía El Hijo, con la que montó las obras La mujer gallina y Sala de urgencias. Ha actuado en obras de importantes directores, como Andrés Pérez, Ramón Griffero, Fernando González y Rodrigo Pérez. Su obra Tracy Ridícula fue seleccionada por la Muestra de Dramaturgia 2005. Ha escrito, dirigido y actuado en Cabeza de ovni (2007), una historia sobre la soledad y el abandono de la tercera edad protagonizada por Bélgica Castro y Alejandro Sieveking. El año 2009 actuó y dirigió junto con Claudia Celedón La vagina de Laura Ingalls, de Alejandro Moreno.
Según tú ¿En qué momento se encuentra el teatro hecho por mujeres?
No es el momento en que se encuentra el teatro hecho por mujeres, es el momento histórico en que nos encontramos las mujeres. Cómo desde nuestra esfera artística nos aproximamos a pensar en ello, y cómo aquellos razonamientos influyen y modifican nuestra escena, nuestras relaciones y producciones teatrales. Eso ya se instaló y es importantísimo para la formación de nuevas prácticas en el quehacer teatral.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
Dialoga cuando estamos atentas a las dinámicas sexistas, a los discursos androcéntricos implantados en nuestra configuración como sujetos/as, y cómo accionamos para que éstos se movilicen de donde están y se vuelvan incómodos o que desaparezcan. Dialoga cuando rememoramos experiencias y creamos cambios desde la escena, nuevas relaciones corporales, nuevos lenguajes.
¿Cómo definirías el teatro hecho por mujeres?
No me parece que definirlo sea algo que aporte a una reflexión sobre género o sobre teatro. Las mujeres hacemos el teatro que nos hace sentido, que nos moviliza, o simplemente el que sale sin preconcepciones ni intenciones de definición, al igual que cualquiera que hace teatro. Quizás los modos de trabajo y de relación puedan ser distintas, con una concepción de lo colaborativo y de lo colectivo mucho más profunda y natural, sin una necesidad esencial de ser la figura preponderante o responsable de todo.
Menciona a tus mujeres creadoras de las artes escénicas que más han inspirado tu labor.
No tuve porque no me las pasaron en historia del teatro, pero admiro a todas las mujeres creadoras porque ha sido doble la dificultad para hacer teatro y amo a Pina Bausch por su pureza estética.
¿Algún mensaje que enviar a tus colegas para este 8 de marzo (día internacional de las mujeres trabajadoras)?
Seguir en lo que estamos, atentas, dialogando, más lúcidas, marchando, hablando, escribiendo, accionando.
Trinidad González es una destacada actriz, directora, dramaturga y profesora de actuación chilena. Fue una de las fundadoras de la prestigiosa compañía Teatro en el Blanco (Neva, Diciembre, La Reunión) con la que mostraron su trabajo en alrededor de treinta países en el mundo. Ha escrito, dirigido y actuado sus obras La Reunión,Pájaro y Carnaval. También se han hecho lecturas dramatizadas de sus obras en España, USA, Brasil, Canadá y México.
Según tú ¿En qué momento se encuentra el teatro hecho por mujeres?
El teatro hecho por mujeres es tan variado como la cantidad de mujeres que lo realizan. No hay una sola condición.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
Dialoga como debería hacerlo siempre con los temas humanos importantes y con la contingencia de su época.
¿Existen temáticas masculinas y femeninas?
Hay algunos temas más sensibles para cada género, pero creo que al tocar cualquier tema importante debería involucrarnos a todos.
Menciona a las mujeres creadoras de las artes escénicas que más han inspirado tu labor.
Isidora Aguirre y Pina Bausch. Mujeres que crecieron en un mundo fuertemente masculino y sacaron su voz hermosa y particular, su genialidad. Gran admiración.
¿Algún mensaje que enviar a tus colegas para este 8 de marzo (día internacional de las mujeres trabajadoras)?
Sigamos haciendo teatro con una voz propia. Sin copiar modelos masculinos ni obligarnos a estereotipos femeninos ni tampoco estereotipos feministas. Libertad. La maravillosa libertad.
Aliocha De la Sotta es una reconocida directora y docente chilena. Desde sus inicios ha trabajado con temas relacionados a los conflictos sociales y políticos como la discriminación, la precariedad y la violencia naturalizada. Está a cargo de la agrupación La mala clase desde el 2009, con quienes ha trabajado en exitosos montajes como El Dylan, La chancha y Leftratu. También se ha destacado como directora de las obras Hilda Peña y Un minuto Feliz.
Según tú ¿En qué momento se encuentra el teatro hecho por mujeres?
Me parece que el teatro hecho por mujeres siempre ha existido, pero ha sido históricamente silenciado, como pasa también en otras áreas. Quizás en estos últimos años se ha visibilizado. Debemos rastrearlo y levantarlo, sacarlo a la luz porque ahí está.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
A ratos tengo la sensación de que el teatro no ha levantado temas sociales, sino a la inversa. El teatro ha reaccionado a la contingencia, pero no la ha construido.
¿Cómo definirías la dramaturgia escrita por mujeres?
Diversa.
¿Existen temáticas masculinas y femeninas?
No creo, de hecho, creo que las mujeres podemos hablar de todos los temas. Todos los temas nos pertenecen. Y debemos tener especial cuidado con que se nos encasille en ciertos temas por tratarse “de temas de mujeres”.
Menciona las mujeres creadoras de las artes escénicas qué más han inspirado tu trabajo
Arianne Moushckine, Isidora Aguirre, Verónica García Huidobro y mis alumnas de las escuelas de teatro, que diariamente me inspiran a través de sus preguntas, interrogantes, reflexiones y rebeldías.
Manuela Infante es dramaturga, directora y actriz. Fue fundadora de la compañía Teatro de Chile, llevando a escena las obras Prat, Juana, Narciso, Rey Planta, Cristo, Ernesto, Multicancha, Loros Negros, Zoo y Realismo. Fuera de Chile, su trabajo ha sido presentado en Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia, y sus obras más recientes, Estado Vegetal e Idomeneo han sido aclamadas por la crítica.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
Pienso que hay una intención, o espero que empiece a haber una intención, de pensar el teatro en términos feministas. Eso es decir hacernos cargo de las preguntas difíciles. No sólo hacer un teatro de temática de “mujeres”, sino dejar a la disciplina permearse por los quiebres más profundos que los feminismos contemporáneos proponen, esos que son anticapitalistas, desjerarquizantes, esos que cuestionan la matriz de género, la heterosexualidad obligatoria, los privilegios que tenemos, etc.
¿Existen temáticas masculinas y femeninas?
Creo en la necesidad de situarse en un momento espacio/temporal. Ser capaz, antes que nada, de observar la singularidad de la posición que ocupo como hablante: qué privilegios tengo o no tengo, qué economía me sostiene, qué poder administro, y que hago con él. A mí parecer, el único lugar de enunciación ético es uno con conciencia de su singularidad.
Menciona a las mujeres creadoras de las artes escénicas qué más han inspirado tu trabajo
Hoy, me inspiran las que son mis contemporáneas y están atreviéndose a repensarlo todo. Aliocha de la Sotta, Ana Luz Ormazábal y Carla Zúñiga. Con las que trabajo día a día: Marcela Salinas y Rocío Hernández. Las que han sido mis estudiantes. Las que levantan y sostienen festivales en regiones. La lista es larga…
¿Algún mensaje que enviar a tus colegas para este 8 de marzo (día internacional de las mujeres trabajadoras)?
No tener miedo.
Flavia Radrigán es dramaturga y autora de las obras s Díganle que ya no hay nadie, La danza de las bestias, Lo que importa no es el muerto, Un ser perfectamente ridículo y del monólogo Miradas lastimeras no quiero. Ha sido ganadora del Concurso Nacional de Libro y la Lectura en dos oportunidades, en la categoría cuento inédito por su volumen Una risa negra, negra, y en la categoría de dramaturgia inédita por Qué rosa más horrible.
Según tú ¿En qué momento se encuentra el teatro hecho por mujeres?
En Chile en su mejor momento, las mujeres que hacen teatro han instalado temas de poder y género de una forma brillante.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
La palabra tiene función social, ¿cómo no podríamos confrontarnos con la situación de la mujer en Chile y el mundo? El teatro de mujeres dialoga desde la necesidad de decir que el patriarcado siempre ha sido un sistema de explotación perfecto y perverso. Un sistema que por milenios ha quedado impune. El teatro combate desde ese lugar, evidenciándolo con un punto de vista, con textos y montajes con un planteamiento político-social.
¿Cómo definirías la dramaturgia escrita por mujeres?
Frente a toda la adversidad que han tenido muchas mujeres dramaturgas a lo largo de la historia siempre la defino como valiente, inteligente y poderosa. La dramaturgia escrita por mujeres construye democracia por su mirada global, aglutinadora. Las obras de mujeres son universalmente cotidianas, cuando las leo o veo siento que llevan lo mínimo a la excelencia.
¿Existen temáticas masculinas y femeninas?
No ceo que sean las temáticas las diferentes, pienso en las desigualdades, por ende, las formas de abordar los temas es lo que marca una diferencia, ya que lo hacemos desde nuestro marco identitario, desde nuestra cultura de desigualdad.
Menciona a las mujeres creadoras de las artes escénicas que más han inspirado tu trabajo.
Algunas de mis admiradas maestras son Rosario Castellanos, Griselda Gambaro, Luisa Cunillé, Lidia Falcón, Isidora Aguirre, Lola Arias, Sara Cane y muchas más…
¿Algún mensaje que enviar a tus colegas para este 8 de marzo (día internacional de las mujeres trabajadoras)?
¡A brindar! ¡¡¡¡Que esto no se acaba!!!!
María José Pizarro es actriz, periodista y dramaturga. A lo largo de su carrera se ha desarrollado en el Colectivo Teatral Momentos (CTM) y ha estrenado diversas obras, entre ellas, Sé-name, Desdémona y El Purgatorio. En julio de 2017 estrenó Soledad, la primera parte de la trilogía Rabia, y en 2018 estrena Franco, obra dirigida por Alexandra von Hummel que formó parte de la programación de Santiago a Mil 2019.
Según tú ¿En qué momento se encuentra el teatro hecho por mujeres?
El cambio de paradigma que nos está tocando hoy vivir les ha permitido a las mujeres empoderarse de lugares que antes sólo ocupaban nuestros compañeros. Quizás, si esta misma pregunta la hubiesen formulado en los 90, la respuesta sería muy diferente.
¿Falta? Claro que sí, mucho, pero depende de nosotras mismas colaborar en la visibilización del trabajo de las compañeras, citándolas, entregando su trabajo como material de estudio o nombrándolas como referentes.
¿De qué manera dialoga el teatro con el feminismo y el contexto social?
Dialoga de dos maneras. La primera es impulsada principalmente por creadores y creadoras que se adelantan a los temas, que están un paso más allá y son de cierta manera una especie de oráculos de la sociedad. Ven las problemáticas sociales antes de que nos estallen en la cara. Luego están quienes, una vez instalados los temas, los utilizan para darles mayor visibilidad.
El teatro ha dialogado históricamente con el contexto social, y hoy lo hace con el feminismo porque estamos en medio del cambio, mañana dialogará con otros temas importantes y que a la vez ponen en conflicto a nuestra sociedad en construcción, lo importante siempre es dialogar, no existe una verdad absoluta.
¿Cómo definirías la dramaturgia escrita por mujeres?
En la gran mayoría de los casos me parece que aún es muy correcta, cumple con el rol de contar historias, pero estamos en un proceso de aprendizaje, de descubrirnos a nosotras mismas. Creo que entre más conozcamos cuáles son las herramientas que manejamos, más estremecedores van a ser nuestros relatos.
¿Existen temáticas masculinas y femeninas?
No creo que existan temáticas divididas de esa manera, tanto nosotras como nuestros compañeros podemos hablar de los temas que nos afectan o cómo hemos visto que han afectado a los otros.
En el último tiempo, han surgido varias discusiones en torno a lo que los hombres debieran hacer, y me parece que no somos quiénes para decirle a un otro “tú no puedes tocar ese tema”. Para mí, es todo lo contrario. Quiero construir con los otros el futuro, no segregarlos para que observen cómo se produce el cambio.
Menciona a las mujeres creadoras de las artes escénicas que más han inspirado tu trabajo
Creo que ésta es la pregunta más difícil, primero en la dramaturgia son muy pocas las mujeres que históricamente han logrado instalarse en este campo. Es un privilegio ocupar este lugar.
Sin siquiera conocerla me sorprendía muchísimo el trabajo actoral de Alexandra Von Hummel, cada vez que la veo sobre el escenario me transmite pasión, amor por el oficio, entrega. Admiro mucho su gusto estético, su obsesión por la belleza en el escenario y su búsqueda por que cada función sea mejor que la anterior. También me gusta mucho el trabajo de Carla Zúñiga, no sé por qué siempre he pensado que ella carga una pena profunda, la que hace que su dramaturgia explote en escena de diferentes maneras, con poesía, con lenguaje informal, con locura, con ironía. Eso de “la pena” es algo que me inventé yo, capaz que no tenga ni una y sólo explote, porque es así, un arma letal de las palabras.
¿Algún mensaje que enviar a tus colegas para este 8 de marzo (día internacional de las mujeres trabajadoras)?
Extendería una invitación al diálogo, a la participación de todes en la construcción del nuevo mañana. Nos invitaría a derribar las barreras de la odiosidad de género para que juntos podamos discutir con respeto, sobre el pasado, nuestro presente y el futuro.