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2.4.2017 | None

Escuela de Guillermo Calderón: “La obra es importante, siempre va a ser contingente”

Escuela de Guillermo Calderón: “La obra es importante, siempre va a ser contingente”

A cuatro años de su estreno, vuelve a la cartelera santiaguina el montaje que cuenta la historia de un grupo que recibe instrucción paramilitar para derrocar la dictadura de Pinochet. Conversamos con Camila González y Luis Cerda, dos de los actores del montaje, sobre su regreso y el rol que cumple en el actual contexto político.

Cuando se estrenó Escuela en 2013, la crítica chilena habló de una “novedad escénica” (La Nación), “una obra incómoda, crítica y lúcida” (Sangría) y que provoca al público “con feroz, punzante lucidez” (El Mercurio). Ahora, el montaje escrito y dirigido por Guillermo Calderón (NevaDiciembreClaseVilla + Discurso) vuelve a replantearse como contingente y provocadora.

La obra cuenta la historia de un grupo de militantes que recibe instrucción paramilitar para resistir y derrocar a la dictadura durante los ochenta. Los contenidos que se enseñan retratan la actividad y aspiraciones de una generación que usó todos los medios para conseguir justicia y libertad.

Esta producción de Fundación Teatro a Mil junto a Calderón se estrenó en Santiago a Mil 2013 con funciones agotadas, y se programó en los ciclos Teatro Hoy y 40 años del Golpe del mismo año. Más tarde se presentó en el Teatro de la Palabra y giró por Brasil, Alemania, Portugal, Grecia, Francia, Estados Unidos y Alemania. Ahora llega a la Sala Antonio Varas como parte de un ciclo que también presentará el más reciente trabajo del dramaturgo y director chileno, Mateluna.

Para la actriz Camila González, volver con una nueva temporada “es emocionante porque a pesar de haber sido una obra que se formó para los 40 años del Golpe, hemos tenido muy pocas funciones en Chile. Es importante que las personas que no pudieron ir la vean ahora. Creo que siempre es una obra muy contingente”.

¿Cómo ves que está inserta la obra en este contexto?

Camila: Lo más decepcionante, lo que hace que la gente se emocione con la obra y empatice es que el engaño que hubo en esa época es el mismo que hay ahora, obviamente con menos violencia física pero tampoco tanto, la violencia, la maquinaria del gobierno sigue pasando. Y ahora se destaparon muchas más cosas; quizás en qué va a terminar esto. Por eso la obra es importante, siempre va a ser contingente.

Se habla que el montaje trata un tema que es complejo y que da espacio para debatir, ¿crees que eso es lo que deja la obra?

Camila: Sí, siempre es difícil dar una opinión como si uno fuera un espectador, pero lo que hace la obra es contrariarte, es traducir muchas decepciones y en el fondo te enfrenta a tomar una decisión, cuál es mi postura sobre la violencia de Estado que hubo en esa época y cómo se sigue alimentando hasta hoy en día. Hay una obsesión por demonizar al encapuchado, cuando el encapuchado también tiene toda una historia de violencia e injusticia, sin justificarlo pero en el fondo esos son los temas que hay que debatir. Hace un tiempo vimos cómo un ex conscripto rompió el pacto de silencio y él vivió una pesadilla también porque si hablaba le mataban a toda la familia. Entonces, son demasiadas capas.

Esta obra apela a darle visibilidad a la gente que antes del golpe sabía que Chile iba a vivir en una democracia burguesa y que las cosas no iban a cambiar mucho. A pesar de que el plebiscito obviamente fue un alivio y una esperanza para la mayoría del país, la gente ahora se ha vuelto a decepcionar porque nos siguen cagando, es muy desesperanzador. Y la justicia ahora se está haciendo cargo, Rodrigo Avilés se salvó, pero también pienso: ¿qué hubiese pasado si hubiese muerto?

Luis: Es súper interesante este mundo que nadie conoce pero que se retrata en la obra, de esta escuela guerrillera que había durante el golpe militar. Su trascendencia tiene que ver con la reflexión de lo que significa la violencia, la justificación de la violencia de acuerdo a la represión que hay en el momento histórico que vivimos. Es decir, se sale a marchar porque no hay otra forma organizativa para poder comunicar algo, hay que protestar. Todos piden que sean marchas pacificas, pero algo pacífico no logra generar cambios. Entonces esa reflexión en cuanto a la justificación de la violencia en un momento determinado encuentro que es la temática más interesante”.

¿Qué rol crees tú que tiene la obra? ¿Por qué la gente tiene que ir a obras con esta temática?

Luis: No creo que tengan que ver obras solamente con esta temática, pero si me preguntas por qué tendrían que ir a ver esta obra, pienso que es por el interés de descubrir o de comprender algo nuevo, para lo que no se dan tantas instancias de plantearlo y reflexionarlo. La obra es compleja, en el sentido que no tiene una postura tan estricta, por lo tanto permite el espacio de discusión o genera cierta controversia. También en la estructura hay ciertos matices, una carencia de clímax que es de cierta forma rupturista para la típica estructura aristotélica de las obras.

Crédito foto superior: María Paz González
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