6.7.2016 | None
Álvaro Rudolphy: “Envenenados habla de la caída de los referentes valóricos, éticos y morales”
Estos últimos años Álvaro Rudolphy ha estado más relacionado al mundo de la pantalla chica que de las tablas, de hecho, es uno de los galanes que la está rompiendo con sus protagónicos en las últimas teleseries del canal Mega, Pituca sin lucas y Pobre Gallo. Sin embargo, el teatro es una necesidad que surge regularmente, y pese a que hace un tiempo decidió alejarse, no volver a escribir y dedicarse de lleno a la televisión, hoy se encuentra preparando su próximo montaje Envenenados, el cual escribió, dirige y co produce.
La obra, que será estrenada este 7 de julio en el Teatro de la Universidad FinisTerrae, cuenta la historia de Mario (Francisco Celhay) y Ana (Paulina Eguiluz), un matrimonio desgastado y distanciado por las circunstancias, que lleva años intentando concebir un hijo. A este conflicto se suma Luis (César Sepúlveda), un amigo que acaba de romper con su ex señora, y que llega a vivir a su departamento, revelando secretos y mentiras.
“Son tipos envenenados”, adelanta el autor. Por ejemplo, Mario es un hombre soberbio, ególatra que sólo se ve a sí mismo; Ana está obsesionada con el tema de la maternidad y no logra ver más allá de su realidad, y Luis que es el típico sujeto interesado, que llega a aprovecharse de esta situación que viven sus amigos.
“Es una historia íntima”, contó Rudolphy, pero que se extrapola a lo que todos vivimos en el cotidiano, ya que “plantea el tema de la subjetividad de la verdad, sobre la relatividad en los puntos de vista de quien dice la verdad y quien no”. Es una ficción que se acerca a la realidad, a partir de las relaciones humanas y las dificultades que enfrentan las parejas, y que a su vez, habla de la crisis de credibilidad.
“Esta obra habla el tema de la caída de los referentes valóricos, éticos y morales que hemos sufrido todos en el último tiempo, llevado a un espacio más micro que es la familia. El individuo se vuelve hacia el interior de su núcleo y de sí mismo. Entonces, los grandes pensamientos religiosos e ideología de masas se han ido perdiendo y el ser humano se empieza a poner más egoísta, en un sentido que se mira a sí mismo y se cuestiona qué está haciendo”, expresó.
Escribir, dirigir y co producir este montaje no ha sido fácil, es más es como “tirar un buque solo”. Sin embargo, en el afán de lograr que todo resulte el actor se lanzó. “Escribí el texto, se lo entregué a algunas personas y busqué un director, pero luego me di cuenta que es tan personal que sentí que el que mejor lo podía llevar a escena era yo. Un defecto de desconfianza que al único que le resuena de esa forma es a mí”, aseguró. “Vamos a ver cómo nos va con esta…si nos va pésimo se la pasaré a otro”, agregó.
Luego de este montaje, están pensadas otras dos obras más que vendrán a conformar una trilogía, las expectativas son altas porque el éxito depende de la asistencia en sala. En ese sentido, el ser una figura pública le ha jugado a favor ya que en el mundo del teatro independiente y auto gestionado es más complejo este tema. Pero la dificultad se presentó en la gestión, porque armar todo en solitario conlleva este tipo de dificultades.
Otro de los inconvenientes es el prejuicio que socialmente se tiene sobre ciertas figuras públicas, en su caso en más de alguna oportunidad el actor ha declarado que sus roles en el teatro se han visto olvidados por su permanencia en televisión, situación que se podrá poner en análisis una vez terminada la temporada de Envenenados.
Con este montaje vuelves a la cartelera nacional, compartiendo espacios y horarios con otros montajes y propuestas, ¿cómo ves la escena de hoy en contraste con tu último montaje Escape Libre del año 2008?
A diferencia de hace cinco años atrás cuando la experimentación era muy naif, la cosa se ha consolidado, creo que hay dramaturgos y directores muy buenos, creo que el teatro nacional está en un buen momento, el público ha ido incrementando y el teatro ya no es la alternativa rara, es una alternativa más allá de la entretención. Creo que lo importante es que la gente vaya y veo lo nuestro, veo el producto nacional.
Envenenados se presenta del 7 de julio al 4 de septiembre en Teatro FinisTerrae (Av. Pocuro 1935, Providencia), viernes, sábado y domingo. El valor de las entradas es General: $8.000 – estudiantes y 3ª edad: $4.000. Más información aquí.