La obra inaugural Les Traceurs del funambulista francés Nathan Paulin, cruzando los cielos del centro cívico, simbolizó el “Cambia el escenario”, lema que este año movilizó al festival y logró convocar a más de 400 mil espectadores, en salas y espacios públicos, de 42 comunas de todo el país. La cartelera contó con más de 100 obras, de 16 países participantes, y destacaron masivos pasacalles como Pachakuna: Guardianes de los Andes, de La Patogallina, Tres elefantes pasan... de la francesa Compagnie Oposito.

Celebramos el regreso del destacado director canadiense Robert Lepage con su épica obra de 7 horas, Los siete arroyos del río Ota, y tuvimos un especial foco en las infancias con las marionetas de Teatro y su doble y la popular exposición por los 20 años de 31 minutos, Museo 31.

Celebramos los 30 años del festival, bajo el lema “Atraviesa tu vida” que resume el efecto que ha tenido esta fiesta de las artes escénicas en generaciones de chilenos y chilenas. Estuvimos en 30 comunas del país con 1.123 funciones y cerca de 600 mil espectadores. El día inaugural fue de Hechos consumados de Juan Radrigán, que marcó el inicio de la conmemoración de los 50 años del golpe, y del pasacalle francés Saurian y los testigos del espacio exterior deslumbró en Plaza de la Ciudadanía.

Nos visitaron creadores destacados como Eun-Me Ahn, Guy Régis, Cristiana Morganti y las lituanas autoras de Sun & Sea. Volvimos a estar en todo Chile con el programa Territorios Creativos y debutamos en la Quinta Vergara, con Mon Laferte, quien además desplegó su faceta de artista visual con una exposición en el GAM.

El festival cumplió 29 años de trayectoria, y el segundo en pandemia, provocando un sentimiento de recogimiento, reflexión y la necesidad de proyectarnos. Por ello se escogió como lema “Imagina futuros, crea futuros”, una frase que nos hizo repensar nuestra existencia, la sociedad y el país, y se transformó en una oportunidad inigualable para transmitir un mensaje inspirador y reforzar la necesidad de comunidad: si hay futuros, hay esperanza.

A través de 157 montajes -36 internacionales y 121 nacionales-, provenientes de 19 países, se presentó nuevamente una programación híbrida que abordó discusiones necesarias, el feminismo y las disidencias, el pulso de la calle, la creación latinoamericana de hoy, el valor de nuestros ancestros, y se visibilizaron los cruces del teatro con la literatura, nuevos lenguajes multimediales y las diversas caras del amor.

Tras meses de teatros cerrados con motivo de la pandemia, el Festival Internacional Santiago a Mil celebró su XXVIII edición bajo el lema “Volver a encontrarnos”. Y es que esta versión fue un encuentro híbrido, multiformatos y multiescenarios, donde lo digital (Teatroamil.tv y redes sociales), y lo presencial, sirvieron como escenario para disfrutar de más de 140 obras nacionales e internacionales, que permitieron ampliar esta fiesta más allá de las fronteras físicas.

Entre la programación destacó el programa Territorios Creativos, el foco Mujeres Creadoras Latinoamericanas, la retrospectiva del colectivo Rimini Protokoll y la presencia de imprescindibles de las artes escénicas de manera virtual, como Marina Abramovic, Laurie Anderson, Robert Lepage, Jöel Pommerat o Crystal Pite, entre otros.

Bajo el lema "El poder de actuar", la edición 2020 del festival se desarrolló en medio de un álgido contexto social, donde su lema #ElPoderDeActuar fue el punto de partida de un manifiesto de acción, que empujó cientos de momentos en torno a las artes escénicas y sus múltiples miradas para comprender el mundo. Con más de 200 mil espectadores, Santiago a Mil 2020 reunió programación de 24 países, y tuvo dentro de su cartelera a grandes creadores y creadoras de todo el mundo como Nikos Karathanos, Pippo Delbono, Rabih Mroué, Lemi Ponifasio, Séverine Chavrier, Christiane Jatahy, entre otros.

Este año el festival reunió a más de 300 mil personas en una edición marcada por los temas contingentes y las actividades formativas en torno a las artes escénicas, además de la participación de grandes exponentes como Sophie Calle, Tim Robbins, Alessandro Baricco y Dada Masilo, entre otros. En total se presentaron 95 espectáculos de 25 países -38 internacionales y 57 nacionales- incluyendo nuevos debutantes como Ruanda.

En año el festival festejó sus 25 años con una edición que tuvo como hitos la memoria y la celebración ciudadana, reuniendo a 378 mil personas. En total, se presentaron 84 espectáculos -37 internacionales y 47 nacionales-, incluyendo la visita de nuevos países como Siria, Estonia y Singapur, y el regreso de grandes amigos como Robert Wilson, Christoph Marthaler, Ivo Van Hove, Krystian Lupa y Royal de Luxe, entre otros.

El festival reunió a 350 mil asistentes con un total de 44 creaciones nacionales y 37 a internacionales, entre las que destacan Fantasmas borrachos en concierto en homenaje a Juan Radrigán, Mateluna de Guillermo Calderón y la inauguración Sin fronteras de Martín Erazo.

El festival reunió cerca de 500 mil personas en una edición dedicada a William Shakespeare a 400 años de su muerte. En total, en esta edición se presentaron 35 espectáculos nacionales y 32 internacionales provenientes de 21 países, entre los que destacan el estreno de Mau Mapuche de Lemi Ponifasio, La tempestad del reconocido dramaturgo Juan Radrigán, 31 minutos: Romeo y Julieta, entre otras.

Esta edición del festival reunió a cerca de 598 mil asistentes y contó con la presentación de 26 espectáculos nacionales y 47 internacionales provenientes de 25 países, entre los que destacan Exhibit B del director sudafricano Brett Bailey, y la muestra Quino por Mafalda, exposición que homenajeaba al humorista Joaquín Lavado, “Quino”, en el marco de los 50 años desde la primera publicación de Mafalda.

Esta versión del festival reunió a 480 mil espectadores, y contó con la presentación de 35 obras nacionales y 32 internacionales, entre las que destacan Desplazamiento del Palacio de La Moneda, una coproducción de Fundación Teatro a Mil y el director español Roger Bernat, y dos retrospectivas a creadores que han acompañado al festival desde sus inicios: Teatrocinema y Viajeinmóvil.

Esta versión del festival convocó a más de 600 mil personas y contó con 34 espectáculos nacionales y 37 internacionales, entre los que destacan El centauro y el animal, de la Compañía francesa de Teatro ecuestre Zingaro, y la presentación en el espacio público de Las Jirafas de Compagnie Off. Además, en 2013 por primera vez se incluyeron obras de la región del Biobío, Antofagasta y Valparaíso en la selección oficial de la programación.

Esta versión del festival convocó a más de 480 mil personas y homenajeó los 10 años de la partida de Andrés Pérez Araya con la obra Los naúfragos de la loca esperanza, montaje dirigido por Ariane Mnouchkine y que fue llevado a escena en la Estación Mapocho por el Théâtre du Soleil durante 17 de los 20 días del Festival. En total, la programación de 2012 contó con 40 espectáculos nacionales y 27 internacionales, entre los que además destacan El año en que nací de la directora argentina Lola Arias.

Esta versión del festival convocó a 800 mil espectadores y contó con una programación de 37 espectáculos nacionales y 41 internacionales, entre los que destacan Amledi, el tonto −una particular adaptación de Raúl Ruiz sobre el clásico de Shakespeare Hamlet−, además de las presentaciones de Villa + Discurso de Guillermo Calderón, la coproducción Buchettino, entre otras.

Esta versión convocó a 3 millones 700 mil personas -la más alta convocatoria de público de todos los años del Festival- y contó con la presentación de 28 obras nacionales y 15 internacionales, entre ellas, La Pequeña Gigante y el tío Escafandra de la compañía francesa Royal de Luxe, y la última creación de la bailarina alemana Pina Bausch antes de su muerte, …Como el Musguito en la Piedra, Ay Si, Si, Si…Otra de las grandes apuestas de esta edición fue la celebración de los 200 años del teatro chileno, con la reposición 17 obras emblemáticas de la historia nacional.

Esta versión convocó a 600 mil espectadores y contó con la presentación de 45 espectáculos nacionales y 18 internacionales, entre los que destacan montajes dirigidos por creadores de la talla de Jan Fabre, Sasha Waltz y Daniel Veronese. Desde Chile los estrenos de Víctor Carrasco y Guillermo Calderón se llevaron las ovaciones más grandes, junto con Las huachas de Alexis Moreno y Chile Bi-200 de Ramón Griffero.

Este año Santiago a Mil celebró 15 años y tuvo a Italia como país invitado de honor, convocando a 700 mil espectadores con 17 obras nacionales y 19 internacionales, entre las que destacan las presentaciones gratuitas en Cartagena, La Bandera y Las Condes de Goran Brégovic y sus músicos, y Sin Sangre de la compañía Teatrocinema, uno de los montajes más vistos ese año.

Esta versión convocó a 1 millón de espectadores y contó con 31 espectáculos nacionales y 14 internacionales, entre los que destaca La Pequeña Gigante de la compañía francesa Royal de Luxe, uno de los espectáculos callejeros más vistos en la historia de Chile. Entre los invitados extranjeros, el festival contó con figuras de la categoría de Pina Bausch, con su espectáculo Masurca Fogo, y el director inglés Peter Brook, y sus obras Sizwe Banzi está muerto y El Gran Inquisidor.

En esta versión el festival pasa a llamarse Festival Internacional Santiago a Mil, un nuevo nombre que significaba, paralelamente, reconocer un proceso de apertura cada vez mayor desde el teatro a otras artes escénicas. En total, en 2016 se presentaron 30 obras nacionales y 14 internacionales, entre las que destacan las presentaciones de la bailaora de flamenco y coreógrafa española, Eva Yerbabuena.

Esta versión convocó a 130 mil espectadores y contó con una programación de 43 obras nacionales y 16 internacionales, entre las que destacan Estación América del renombrado director Frank Castorf, fundador de la compañía de teatro Volksbuhne de Berlín, y el montaje Roman Photo que fue llevado a escena por actores y técnicos chilenos bajo la dirección de Royal de Luxe, compañía francesa que por primera vez realizaba una coproducción con otro país.

Esta versión convocó a 100 mil espectadores y tuvo una programación de 54 obras nacionales y 11 internacionales. Además, por primer año hubo un país invitado de honor, siendo Francia el encargado de inaugurar esta tradición que, en 2013, contó presentaciones de las compañías Royal de Luxe, La Belle Meunière, entre otros espectáculos.

Esta versión convocó a 90 mil espectadores y contó con 120 obras nacionales y 10 internaciones, entre ellas, la presentación de Artaud de la prestigiosa compañía alemana Berliner Ensemble, dirigida Martin Wuttke. Destacan también en 2003 las funciones de La Negra Esther en el Teatro Municipal de Santiago.

Esta edición convocó a 80 mil espectadores y estuvo dedicada a Andrés Pérez Araya, quien murió el 3 de enero de ese año. Además, en su novena versión el festival contó con 109 obras nacionales y 11 internacionales, entre ellas, Cara de fuego de Marius Matenburg, Beckett de la compañía Sobrevento de Brasil y Te vas a morir de pena cuando yo no esté de Pablo Illanes, guionista de televisión, quien debutaba en teatro.

Esta versión convocó a 60 mil espectadores y contó con 61 obras nacionales y 15 internaciones, entre las que destacan Eva Perón del Teatro Nacional de Bretaña (Francia) −primera coproducción internacional de Fundación Teatro a Mil− La Cantante Calva del Teatro Nacional de Eslovenia, y la presentación de El húsar de la muerte de La Patogallina como parte de la inauguración oficial del festival.

Esta versión, dedicada al fallecido actor y director Rodrigo Marquet en reconocimiento a su trayectoria teatral, convocó a 25 mil espectadores y contó con 44 obras nacionales y 4 internacionales, entre ellas, Hamlet de la compañía Teatro Impasse, bajo la dirección de Cristián Marambio. Otra de las actividades de esta séptima versión fue el inicio de los eventos especiales con conferencias magistrales a cargo de Benjamín Galemiri, Alfredo Castro, Marco Antonio de la Parra y Ramón Griffero, entre otras actividades.

Esta versión convocó a 20 mil espectadores y presentó 25 obras nacionales y 5 internaciones, entre ellas, Lafquén Ghulmen del Teatro del Maule, montaje que además marcaba un hito al ser la primera compañía regional que estrenaba en el Festival. De ese año también destacan los estrenos nacionales contó MunChile de la compañía Anderblú y las reposiciones AM, Amplitud Modulada de teatro La Loba, Calígula de la compañía Impasse, entre otras.

Esta versión convocó a 21 mil espectadores y contó con 15 obras nacionales y 2 internacionales, entre las que destacan Informe para una academia y La voluntad de morir de la compañía La Puerta, y las obras Rojas Magallanes y Módulo 7 de la compañía Anderblú. A nivel internacional se presentaron montajes como Los Ruegos del coreógrafo francés Claude Brumachón, que además marcaba un hito al ser el primer espectáculo que llegaba desde fuera de América Latina.

En esta versión del festival se organizó la Primera Muestra Cultural del MERCOSUR, cuyo acento estuvo puesto en la danza e incluyó la participación de espectáculos de Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile. Ese año en total el festival convocó a 15 mil 800 espectadores y contó con 6 obras nacionales y 2 internacionales, entre las que destacan Bajo la mesa de Nury Gutés e Isabel Croxatto, y Tránsitos de Elizabeth Rodríguez, ambos espectáculos que además marcaban un hito al ser la primera vez que se incorporaba a la danza en la programación.

En su tercera versión el Festival de Teatro a Mil dio un paso importantísimo al incluir por primera vez en su programació a dos compañías extranjeras, la brasileña Sobrevento, que se presentó con el montaje Mozart Moments, y la compañía argentina La Pista 4, con el montaje Esperes. Además de estos espectáculos, ese año se presentaron 9 obras nacionales, logrando convocar a un total de 10 mil espectadores.

La segunda versión de Teatro a Mil dobló la cantidad de obras en cartelera, ofreciendo al público 10 montajes nacionales, entre los cuales destacan Las siete vidas del Tony Caluga de la Compañía Teatro Circo dirigida por Andrés del Bosque, y las presentaciones de El Ñato Eloy y La Niña de la Calaca a cargo de la compañía Equilibrio Precario dirigida por Arturo Rossel.

El verano de 1994 fue el escenario de la primera versión del festival que nació bajo el nombre de Teatro a Mil, en alusión a trabajar “a mil por hora”. Ese año el evento tuvo como sede la recién remodelada Estación Mapocho, y logró convocar a 10 mil espectadores con una programación compuesta por montajes de las compañías Teatro del Silencio, La Troppa y La Memoria.