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Maguy Marin

La coreógrafa

Maguy Marin nació en Toulouse en 1951 y estudió danza en el conservatorio antes de unirse al Ballet de Estrasburgo. En 1970 fue aceptada en la escuela “Mudra” de Maurice Béjart, donde permaneció tres años antes de convertirse en solista (durante cuatro temporadas) con el “Ballet of the 20th Century”, bajo la dirección de Maurice Béjart.

Un punto de inflexión llegaría al final de ese período, al verla deshacerse de todas sus concepciones anteriores “permitiendo una multitud de opciones creativas, libertad y también limitaciones para surgir. Nada volvió a ser igual”. También comenzó a cuestionar los tipos de cuerpos idealizados dentro del mundo de la danza, un tema que llegaría a ser central en su trabajo

“May B es, sin duda, parte del panteón de la danza, e incluso del mundo del arte. En Francia como en el mundo. Siempre necesitaremos a May B” (Emmanuel Demarcy-Mota, director del Théâtre de la Ville, de París).

“May B es una pieza maestra. Viéndola una y otra vez nunca agota su reserva de significado y emoción” (Rosita Boisseau, Le Monde).

“Sumerja al espectador en el corazón de una obra que ha marcado la historia de la danza” (David Mambouch, director de May B, la película).

“Es de suma importancia filmar la obra de Maguy Marin ‘May B’. Es una de las obras maestras del siglo XX. El propósito de esta película es permitir la transmisión de un poderoso testimonio de una coreógrafa de la genialidad” (Carolyn Carlson, coreógrafa).

May B

Director David Mambouch|Coreografía Maguy Marin, en una inspiración libre del trabajo de Samuel Beckett

  • Francia
  • Francés, con subtítulos en español
  • 1 hora 34 minutos
  • Esta pieza contiene textos que son inentendibles y que están puestos de forma intencional por el autor

Un film sobre una de las obras maestras de danza del siglo XX, que es un homenaje a la madre de Beckett.

Inspirada en la obra de Samuel Beckett, con sus diez artistas revestidos de arcilla, May B captura una humanidad de los pobres, los ancianos, los exiliados, cuyos cuerpos deformados son la antítesis de todas las representaciones clásicas e idealizadas del cuerpo del bailarín. La humanidad en su estado más frágil y conmovedor, continuando su interminable viaje, persistiendo contra viento y marea en medio de un inminente fin del mundo.

“¡Terminado! ¡Está terminado! ¡Casi terminado! ¡Debe estar casi terminado!”, son las palabras que abren y cierran el espectáculo. Pero May B no parece estar a punto de terminar: treinta y cinco años y ochocientas presentaciones después, la obra sigue haciendo vivir a sus polvorientos seres, para hacer que esta humanidad andrajosa vaya y venga, que, al parecer, no acabará nunca.

“Durante varios años, teníamos el proyecto de hacer una película a partir de la obra. David, que la bailó en 2014, conoce la obra desde adentro. Está al mismo tiempo completamente "adentro", al estar en contacto con la obra y sus sucesivos intérpretes desde su nacimiento y hasta su adolescencia, y completamente "afuera", por su sentido de observación: nos ha visto en vivo. Su propia trayectoria artística, la escritura vinculada tanto a la literatura como al escenario teatral y cinematográfico, asociada a la intimidad de nuestra proximidad, nos permitirá adentrarnos de manera sensible y profunda en esta experiencia para traer de vuelta las imágenes más precisas en una película que será su huella”, ha dicho la consagrada coreógrafa francesa Maguy Marin, sobre May B, la película.

“En el movimiento indiferente de nuestras sociedades, quise plantar un pie de cámara, inmortalizar estos momentos de transmisión y mostrar así, quizás, que la memoria como el arte es cuestión de eternidad”, señaló el director del film, David Mambouch.

May B, la obra, ha tenido 800 presentaciones, en 46 países -entre esos Chile- y cinco continentes.

La obra es un homenaje que hace la coreógrafa francesa Maguy Marin a la madre de Beckett, que se llamaba May; de ahí el juego de las palabras.

Maguy Marin

La coreógrafa

Maguy Marin nació en Toulouse en 1951 y estudió danza en el conservatorio antes de unirse al Ballet de Estrasburgo. En 1970 fue aceptada en la escuela “Mudra” de Maurice Béjart, donde permaneció tres años antes de convertirse en solista (durante cuatro temporadas) con el “Ballet of the 20th Century”, bajo la dirección de Maurice Béjart.

Un punto de inflexión llegaría al final de ese período, al verla deshacerse de todas sus concepciones anteriores “permitiendo una multitud de opciones creativas, libertad y también limitaciones para surgir. Nada volvió a ser igual”. También comenzó a cuestionar los tipos de cuerpos idealizados dentro del mundo de la danza, un tema que llegaría a ser central en su trabajo

“May B es, sin duda, parte del panteón de la danza, e incluso del mundo del arte. En Francia como en el mundo. Siempre necesitaremos a May B” (Emmanuel Demarcy-Mota, director del Théâtre de la Ville, de París).

“May B es una pieza maestra. Viéndola una y otra vez nunca agota su reserva de significado y emoción” (Rosita Boisseau, Le Monde).

“Sumerja al espectador en el corazón de una obra que ha marcado la historia de la danza” (David Mambouch, director de May B, la película).

“Es de suma importancia filmar la obra de Maguy Marin ‘May B’. Es una de las obras maestras del siglo XX. El propósito de esta película es permitir la transmisión de un poderoso testimonio de una coreógrafa de la genialidad” (Carolyn Carlson, coreógrafa).

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