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Autor: Germán Luco Cruchaga | Adaptación: Víctor Carrasco | Compañía: Teatro La Mala Clase | Dirección: Aliocha De La Sotta | Dirección audiovisual: Vicente Sabatini | Elenco: Mónica Ríos (La Viuda), Jaime Leiva (Ñico), Cecilia Herrera (Celinda), Paulina Giglio (Flora), Bosco Cayo (Don Jeldres), Verónica Medel (Doña Meche), Felipe Zepeda (Remigio), Tomás Ahumada (Fidel) | Diseño de Vestuario e iluminación: Felipe Olivares | Música: Fernando Milagros | Producción: Francesca Ceccotti | Dirección de fotografía: David Bravo | Diseño escenográfico y coordinación técnica: Cristián Reyes | Montaje: Vicente Gana | Asistente de dirección: Josefina Troncoso | Sonido: Miguel Gálvez | Asistente de sonido: Angello Rojas | Cámaras: René Mansilla, Iván Araya, Emilio Rodríguez | Jefe eléctrico: Willie Leiva | Asistente: Benjamín Cortés | Asistente de escena: Marco Mella | Producción técnica audiovisual: Fin Comunicaciones | Producción general: Pablo Herrera Aguirre | Producción: Álvaro González Ortiz | Coordinación técnica: Mauricio Hartard | Asistente técnico: Jorge Reyes | Asistente de cámara: Juan Pablo Cofré | Cámara trailer: Constanza Valdivia | Montajista trailer: Juan Pablo Cofré | Jefe técnico Teatro Lo Prado: Waldo Arévalo | Sonidista Teatro Lo Prado: Julio Quiroz | Fotógrafa: Magdalena Chacón | Dirección de producción Fundación Teatro a Mil: Evelyn Campbell Derderián | Producción en terreno Fundación Teatro A Mil: Pamela Ruiz Munizaga, Claudia Fres, Fernando Oviedo | Colabora: Centro Cultural Lo Prado

Aliocha De la Sotta

Dirección

Dentro de las grandes realizadoras chilenas

Actriz y directora, estudió en la Academia de Actuación de Fernando González y luego en el Conservatoire Royal D’Art Dramatique de Bélgica. Desde 2009 forma parte de la compañía Teatro La Mala Clase, donde ha dirigido destacados montajes como La mala clase, La chancha, Lefttaru y El Dylan, y también obras como las aplaudidas Hilda Peña y Mistral, Gabriela (1945). Actualmente forma parte del elenco de Cómo convertirse en piedra, la última creación de la directora chilena Manuela Infante.

Vicente Sabatini

Dirección audiovisual

Un nombre clave de la TV chilena

El nombre de este director, productor, realizador y ejecutivo de la televisión chilena (1953) está inseparablemente ligado a la época de oro de las producciones dramáticas en los 80, 90 y 2000. En 1991 asume la dirección general del Área Dramática de TVN para liderar algunas de las telenovelas más exitosas en la historia de la TV, como Sucupira, Iorana, La Fiera, Pampa Ilusión y El circo de las Montini, entre otras. También ha dirigido el Festival de Viña, el del Huaso de Olmué y la Teletón.

Víctor Carrasco

Adaptación

Una fusión de lenguajes

Es actor, guionista de TV y director teatral chileno, autor de algunas de las más exitosas teleseries nacionales, como La fiera, Pampa Ilusión y El Circo de las Montini, entre otras. Estuvo a cargo del Teatro de la Palabra, sala independiente que mantuvo durante siete años. Como director teatral ha estado tras clásicos como Hedda Gabler, de Henrik Ibsen, y Las tres hermanas, de Antón Chéjov, y también ha dirigido otros premiados montajes, como la La amante fascista (2010) y Los arrepentidos (2018).

Teatro La Mala Clase

La compañía

Historias contingentes que expanden audiencias

Esta agrupación con más diez años de trayectoria ha desarrollado un destacado trabajo centrado en el público adolescente. Sus obras, que tocan temáticas actuales y necesarias, han sido vistas por más de 200.000 jóvenes en todo Chile, y programadas en las principales salas teatrales de Santiago, como GAM, Teatro UC y Matucana 100, entre otras. Dentro de sus títulos principales están La mala clase, La chancha, Leftraru, La historia de los anfibios, El Dylan y, más recientemente, El nudo.

-Porque revisita y vuelve a poner en valor un texto clásico del teatro chileno, que da cuenta de una era de cambio de paradigma muy similar a la que vivimos hoy: un país post Primera Guerra Mundial, cada vez más urbanizado y ad-portas de una crisis económica, “que se parece en algo al mundo actual. Nos sentimos en esa crisis. Vivimos, al igual que en esa época, la tragedia del desarrollo”, dicen el actor Jaime Leiva (Ñico) y la directora Aliocha De la Sotta.

-Por el tratamiento de su historia y de sus personajes principales, especialmente el de La Viuda, definida en el texto como una mujer que “era más hombre que ninguno”. “Tiene una mixtura muy distinta a las otras viudas que se han visto en el teatro. Es una mujer de 40, 45 años, no tan mayor; usa chaquetas de cuero, pantalones ajustados y lo que siente por su hijastro –que es menor, pero no por mucho– es más que idílico: es carnal, algo que no se enfatiza tanto en otros montajes”, dice la actriz Mónica Ríos (La Viuda). “Mientras, el Ñico es Chile, huacho. Es muy interesante esa mirada de género y discurso de clase de la obra”, agrega Aliocha De la Sotta.

-Por su especial formato audiovisual, que rescata la esencia del teatro, pero elimina la frontalidad del escena y convierte a la cámara en “los ojos” del espectador. “Se mueve en círculo, en 360 grados, como si el espectador estuviera en escena”, explica Mónica Ríos.

Germán Luco Cruchaga: nacido en Santiago en 1894, inició su carrera como ilustrador, periodista y director, en distintos medios en Chile y Argentina. En 1926 decide retirarse de la vida pública para vivir en el campo y comenzar a escribir dramaturgia. En esa época nacieron obras como Amo y Señor (1926) y La viuda de Apablaza (1928), un drama costumbrista considerado uno de los textos cumbre del teatro chileno, con varias versiones (y protagonistas como Carmen Bunster, Elsa Poblete y Catalina Saavedra, entre otras) a lo largo de la historia. En 1932 volvió al periodismo, como director del diario La Nación y luego de la edición en Santiago de El Sur de Concepción. Murió repentinamente en 1936, dejando varias obras sin concluir.

-Lee las distintas notas de prensas y críticas sobre la obra y sus montajes a lo largo de la historia, en el sitio sobre Teatro Chileno desarrollado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

La Viuda de Apablaza

De Germán Luco Cruchaga | Dirección de Aliocha De la Sotta | Compañía Teatro La Mala Clase | Adaptación de Víctor Carrasco | Dirección audiovisual de Vicente Sabatini

  • Chile
  • Español
  • 84 minutos

Una historia de amor, poder y tragedia entre una hacendada y su hijastro en el Chile de los años 20.

Escrita en 1928, esta historia de poder y destrucción entre una hacendada y su joven hijastro es revisitada por la compañía Teatro La Mala Clase, que incorpora elementos de la cultura actual chilena y propone un interesante cruce de formas y lenguajes entre lo teatral y lo audiovisual.

Obediencia a cambio de poder y tierras. Esa es la oferta que La Viuda le hace al Ñico, hijo de su difunto marido; un hombre tosco y taciturno, que con el correr de la historia va tomando conciencia de ser “amo” a la vez que se enamora de una joven citadina que llega de visita. La Viuda, a quien Ñico despierta una pasión que va más allá del amor filial, va cediéndole a su hijastro potestad sobre el campo, en un gesto desesperado por evitar que se vaya de su lado y que terminará desencadenando una tragedia.

Conceptos como el patriarcado, la figura de la mujer, el capitalismo y el amor se revisitan en un texto que usa un lenguaje costumbrista para hablar de temas que trascienden eras y paradigmas.

La viuda de Apablaza es una producción de Fundación Teatro a Mil especialmente pensada para el formato audiovisual.

Autor: Germán Luco Cruchaga | Adaptación: Víctor Carrasco | Compañía: Teatro La Mala Clase | Dirección: Aliocha De La Sotta | Dirección audiovisual: Vicente Sabatini | Elenco: Mónica Ríos (La Viuda), Jaime Leiva (Ñico), Cecilia Herrera (Celinda), Paulina Giglio (Flora), Bosco Cayo (Don Jeldres), Verónica Medel (Doña Meche), Felipe Zepeda (Remigio), Tomás Ahumada (Fidel) | Diseño de Vestuario e iluminación: Felipe Olivares | Música: Fernando Milagros | Producción: Francesca Ceccotti | Dirección de fotografía: David Bravo | Diseño escenográfico y coordinación técnica: Cristián Reyes | Montaje: Vicente Gana | Asistente de dirección: Josefina Troncoso | Sonido: Miguel Gálvez | Asistente de sonido: Angello Rojas | Cámaras: René Mansilla, Iván Araya, Emilio Rodríguez | Jefe eléctrico: Willie Leiva | Asistente: Benjamín Cortés | Asistente de escena: Marco Mella | Producción técnica audiovisual: Fin Comunicaciones | Producción general: Pablo Herrera Aguirre | Producción: Álvaro González Ortiz | Coordinación técnica: Mauricio Hartard | Asistente técnico: Jorge Reyes | Asistente de cámara: Juan Pablo Cofré | Cámara trailer: Constanza Valdivia | Montajista trailer: Juan Pablo Cofré | Jefe técnico Teatro Lo Prado: Waldo Arévalo | Sonidista Teatro Lo Prado: Julio Quiroz | Fotógrafa: Magdalena Chacón | Dirección de producción Fundación Teatro a Mil: Evelyn Campbell Derderián | Producción en terreno Fundación Teatro A Mil: Pamela Ruiz Munizaga, Claudia Fres, Fernando Oviedo | Colabora: Centro Cultural Lo Prado

Aliocha De la Sotta

Dirección

Dentro de las grandes realizadoras chilenas

Actriz y directora, estudió en la Academia de Actuación de Fernando González y luego en el Conservatoire Royal D’Art Dramatique de Bélgica. Desde 2009 forma parte de la compañía Teatro La Mala Clase, donde ha dirigido destacados montajes como La mala clase, La chancha, Lefttaru y El Dylan, y también obras como las aplaudidas Hilda Peña y Mistral, Gabriela (1945). Actualmente forma parte del elenco de Cómo convertirse en piedra, la última creación de la directora chilena Manuela Infante.

Vicente Sabatini

Dirección audiovisual

Un nombre clave de la TV chilena

El nombre de este director, productor, realizador y ejecutivo de la televisión chilena (1953) está inseparablemente ligado a la época de oro de las producciones dramáticas en los 80, 90 y 2000. En 1991 asume la dirección general del Área Dramática de TVN para liderar algunas de las telenovelas más exitosas en la historia de la TV, como Sucupira, Iorana, La Fiera, Pampa Ilusión y El circo de las Montini, entre otras. También ha dirigido el Festival de Viña, el del Huaso de Olmué y la Teletón.

Víctor Carrasco

Adaptación

Una fusión de lenguajes

Es actor, guionista de TV y director teatral chileno, autor de algunas de las más exitosas teleseries nacionales, como La fiera, Pampa Ilusión y El Circo de las Montini, entre otras. Estuvo a cargo del Teatro de la Palabra, sala independiente que mantuvo durante siete años. Como director teatral ha estado tras clásicos como Hedda Gabler, de Henrik Ibsen, y Las tres hermanas, de Antón Chéjov, y también ha dirigido otros premiados montajes, como la La amante fascista (2010) y Los arrepentidos (2018).

Teatro La Mala Clase

La compañía

Historias contingentes que expanden audiencias

Esta agrupación con más diez años de trayectoria ha desarrollado un destacado trabajo centrado en el público adolescente. Sus obras, que tocan temáticas actuales y necesarias, han sido vistas por más de 200.000 jóvenes en todo Chile, y programadas en las principales salas teatrales de Santiago, como GAM, Teatro UC y Matucana 100, entre otras. Dentro de sus títulos principales están La mala clase, La chancha, Leftraru, La historia de los anfibios, El Dylan y, más recientemente, El nudo.

-Porque revisita y vuelve a poner en valor un texto clásico del teatro chileno, que da cuenta de una era de cambio de paradigma muy similar a la que vivimos hoy: un país post Primera Guerra Mundial, cada vez más urbanizado y ad-portas de una crisis económica, “que se parece en algo al mundo actual. Nos sentimos en esa crisis. Vivimos, al igual que en esa época, la tragedia del desarrollo”, dicen el actor Jaime Leiva (Ñico) y la directora Aliocha De la Sotta.

-Por el tratamiento de su historia y de sus personajes principales, especialmente el de La Viuda, definida en el texto como una mujer que “era más hombre que ninguno”. “Tiene una mixtura muy distinta a las otras viudas que se han visto en el teatro. Es una mujer de 40, 45 años, no tan mayor; usa chaquetas de cuero, pantalones ajustados y lo que siente por su hijastro –que es menor, pero no por mucho– es más que idílico: es carnal, algo que no se enfatiza tanto en otros montajes”, dice la actriz Mónica Ríos (La Viuda). “Mientras, el Ñico es Chile, huacho. Es muy interesante esa mirada de género y discurso de clase de la obra”, agrega Aliocha De la Sotta.

-Por su especial formato audiovisual, que rescata la esencia del teatro, pero elimina la frontalidad del escena y convierte a la cámara en “los ojos” del espectador. “Se mueve en círculo, en 360 grados, como si el espectador estuviera en escena”, explica Mónica Ríos.

Germán Luco Cruchaga: nacido en Santiago en 1894, inició su carrera como ilustrador, periodista y director, en distintos medios en Chile y Argentina. En 1926 decide retirarse de la vida pública para vivir en el campo y comenzar a escribir dramaturgia. En esa época nacieron obras como Amo y Señor (1926) y La viuda de Apablaza (1928), un drama costumbrista considerado uno de los textos cumbre del teatro chileno, con varias versiones (y protagonistas como Carmen Bunster, Elsa Poblete y Catalina Saavedra, entre otras) a lo largo de la historia. En 1932 volvió al periodismo, como director del diario La Nación y luego de la edición en Santiago de El Sur de Concepción. Murió repentinamente en 1936, dejando varias obras sin concluir.

-Lee las distintas notas de prensas y críticas sobre la obra y sus montajes a lo largo de la historia, en el sitio sobre Teatro Chileno desarrollado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

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