Música
Mariana Muñoz
Valentín Trujillo
Guillermo “Cuti” Aste
La Regia Orquesta
Este es un concierto que convoca la memoria musical chilena reinterpretando la música de las dos obras de teatro musical más importantes del siglo XX en Chile: La pérgola de las flores de Isidora Aguirre y del compositor Francisco Flores del Campo, pieza teatral estrenada el 9 de abril de 1960 en el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica bajo la dirección de Eugenio Guzmán; y La negra Ester, de Roberto Parra, adaptada y dirigida por Andrés Pérez Araya con música de La Regia Orquesta, obra estrenada por la Compañía Gran Circo Teatro, el 9 de diciembre de 1988.
Durante 2019 estos espectáculos emblemáticos estarán de fiesta, primero, porque se cumplen 100 años del natalicio de Isidora Aguirre en marzo de 1919, una de las figuras más importantes del teatro nacional chileno. Y también se suman los 30 años del estreno de La negra Ester en diciembre de 1988, una obra que ayudó al reencuentro de la juventud de la época con el folclor y la creación de un nuevo sentido de identidad cultural.
Esta propuesta revisita dos creaciones emparentadas por la necesidad de rescatar el universo popular a través de dos dramas diferentes que abordan problemáticas sociales bajo el contexto de una historia de amor. Por un lado, la de la pérgola de San Francisco, que en 1929 es amenazada con ser demolida, lo que desencadena un conflicto social que corre en paralelo con el enamoramiento entre Carmela y Tomacito, ella venida del campo sureño y él proveniente de tierras nortinas desde donde provienen las flores que se venden en la pérgola. Por otro, el del amor imposible entre una prostituta del puerto de San Antonio llamada Ester y un guitarrero de cantina de nombre Roberto.
Ambas piezas evocan referentes musicales de la memoria de la música popular chilena como el cuplé (importado desde España) la tonada sentimental, la zamacueca, la cueca, el charleston, el jazz guachaca, el fox-trot, el tango y el bolero, entre otros. Esto se logra mediante una formación orquestal de piano, acordeón, trompeta, contrabajo, batería, percusiones, guitarra, saxo, clarinete, trombón, cello, violín y voz.
La velada musical está constituida por un programa dividido en dos partes, equivalentes a cada una de las obras en cuestión. Se trata de un repertorio de canciones seleccionadas para recordar y celebrar los puntos de encuentro existentes entre las dos producciones. Las
composiciones originales de cada uno de los espectáculos fueron adaptadas para generar espacios de permeabilidad entre ambas y para que el viaje musical pueda ir y venir de una memoria a otra, de La pérgola a La negra y viceversa.
El gran Valentín Trujillo es testigo privilegiado de esta memoria músico-teatral al contar con una cercanía a las fuentes que nadie más cuenta. Ejemplo de esto es su gran amistad con el compositor Francisco Flores del Campo, de quien heredó el piano en el que compuso La pérgola de las flores. Por esta razón es que el espectáculo está pensado para que Trujillo sea consultado por el resto de los músicos presentes y él pueda responder, ya sea con palabras o con su música.
La pérgola de las flores. Esta obra musical, estrenada en 1960, además de ser un hito en la historia del teatro local, fue una de las primeras piezas de su tipo en lograr éxito en el extranjero. Escrita por Isidora Aguirre, musicalizada por Francisco Flores del Campo y protagonizada por Carmen Barros, Ana González y Silvia Piñeiro, la obra funde una historia de amor con el ambiente social y urbano que se vivía en el Chile de la década de 1920, marcado por el choque entre las clases desposeídas y las clases altas. Ha tenido adaptaciones en cine y televisión, y hasta el día de hoy permanece como una de las piezas más exitosas y populares de la historia del teatro.
La negra Ester. Es uno de los grandes clásicos del teatro chileno. Estrenada en 1988, cuenta la historia de amor entre el guitarrero Roberto y una prostituta llamada Ester. Dirigida y adaptada por el destacado director Andrés Pérez, la obra se inspira en las décimas escritas por el inolvidable folclorista chileno Roberto Parra, y marca un hito en la escena local a través de su poesía y particular propuesta estética. Ambientada en un burdel del puerto de San Antonio, La negra Ester no sólo pasó a la historia por su éxito teatral sin precedentes, sino también por lograr poner en valor la cultura de lo popular, acercando el teatro y la música nacional a las nuevas generaciones. En sus 30 años sobre las tablas, esta obra se ha presentado en gran parte de Chile, además de países como Estados Unidos, México, Argentina, Cuba, Canadá e Inglaterra.
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