El arte y los derechos humanos en tiempos de crisis social, un desafío para los y las creadoras
En el contexto actual, los derechos humanos se han convertido en tema recurrente en nuestro país, con denuncias diarias avaladas por informes de organizaciones internacionales. Le preguntamos a tres artistas acerca del papel de las artes a la hora de promover una cultura de derechos humanos, y cómo la contingencia ha influenciado sus procesos creativos.
Por José Arroyo Mancilla
Para Danilo Llanos, Codirector del Centro de Investigación Teatro La Peste de Valparaíso, que este año celebra 20 años de trabajo creativo presentando las obras Feroz y Fronteras en la próxima edición de Santiago a Mil, la clave está en que el artista comparta la misma sensibilidad de un ciudadano o ciudadana respecto a los derechos humanos, a partir de un sentido común donde la defensa de estos sea una práctica arraigada y cotidiana.
"Yo creo que el rol que debieran tener los artistas es el mismo de un ciudadano o ciudadana que debiera tener una sensibilidad y un apego y un respeto irrestricto por los derechos humanos y fundamentalmente tiene que ser desde el sentido común. La defensa de los derechos humanos y su conocimiento tiene que ser parte de nuestra cotidianidad, una práctica presente en todo nuestro quehacer como chilenos y chilenas, por cierto, las artes no están al margen de aquello y si lo tenemos incorporado no tan solo como artistas, sino que como sujetos sociales, eso tiene que estar, tiene que manifestarse de forma cotidiana".
En relación a la influencia de los D.D.H.H en las creaciones, Danilo insiste en la necesidad de una valoración noble y sensible hacia el tema que cada creador podrá proyectar de acuerdo a sus propias intenciones.
"Cada cual, de acuerdo a su intención artística y su práctica escénica, verá en este caso cómo permeará su creación respecto a la defensa de los derechos humanos, sin que uno tenga que hacer tal o cual obra, donde per se tenga que abordar aquellos temas, pero tiene que ver con lo que yo digo anteriormente, si existe una mirada intrínseca respecto a la valorización noble y sensible de los Derechos Humanos, evidentemente nuestra creación va estar influenciada de aquello, más allá de algo concreto en tanto “temáticas”, que se puedan abordar, pero es un factor político anterior a la creación, es la influencia que tienen los derechos humanos en nuestra práctica".
Por su parte, Paula González Seguel, directora de la compañía KIMVN Teatro y que en el Santiago a Mil presentará su obra Trewa. Estado – Nación o el espectro de la traición, el compromiso tanto de los artistas como de toda la sociedad con las problemáticas sociales y políticas, resulta fundamental para abordar vulneraciones a los derechos humanos que, a su juicio, se vienen realizando en nuestro país desde los inicios de nuestra historia.
"Creo que hoy es fundamental el compromiso de toda la sociedad chilena y de los artistas en general en el ámbito de las artes escénicas, de la danza, del cine, con las problemáticas sociales y políticas por la cuales estamos pasando, sobre todo por la urgencia de estos más de 30 días, donde han estado vulnerando nuestros derechos humanos a diario, donde hay gente que ha sido baleada, donde hay mujeres que han sido violadas y jóvenes que han perdido sus ojos. La situación social y política crítica que está viviendo Chile y que están viviendo muchos países del mundo y Latinoamérica, es la consecuencia de lo voraz que ha significado el sistema capitalista y el neoliberalismo en todos los países, hoy día hay una crisis medioambiental, que ha cruzado con esta crisis, porque antes del estallido social en Chile estábamos hablando de la crisis medioambiental, del cuidado de los recursos naturales. Este sistema ha sido voraz , nos ha consumido, en Chile se han vendido todos los territorios, se han privatizado las aguas y eso parte desde la dictadura, o sea, hoy día nos estamos dando cuenta que la dictadura nunca se acabó".
Su trabajo creativo como compañía justamente se ha centrado en estas problemáticas, una situación que para Paula tiene su raíz en los principios de nuestra historia y que para seguir denunciando, se deben alzar voces desde todas las disciplinas artísticas.
"Como compañía venimos trabajando desde ya 11 años en terminos de problemáticas sobre la discriminación hacia nuestros pueblos originarios, sobre la violencia que se ha ejercido históricamente, porque hay que entender que hacia el pueblo mapuche esta violencia ha sido sistemática. Si nos vamos a la historia, por más 527 años, si nos vamos a la historia más reciente tenemos la Pacificación de la Araucanía, que es el mayor genocidio hacia nuestros pueblos originarios y luego la dictadura militar donde hoy día como mujer hacia la ciudad, como tercera generación de mujer mapuche nacida en la ciudad, hoy día estamos reivindicando nuestro conocimiento, nuestra cultura, recuperando nuestro idioma, y hoy día también siendo portadores y voces en distintos ámbitos, en distintas áreas, en mi caso desde las artes escénicas, pero hay distintas voces en el área de la música, en la poesía, en la historia, y nosotros como mapuches hemos estado pensando y generando filosofía a partir de lo que queremos y lo que visualizamos de un mundo , hoy día necesitamos más que nunca que el arte salga a la comunidad y que surja también desde el diálogo con la comunidad. La posibilidad de transmitir mensajes, de ser comunicadores sociales, debemos comprometernos con la defensa y la lucha y la resistencia de quienes han sido oprimidos durante todos estos años y en el tiempo presente quienes están siendo oprimidos por un estado colonizador, opresor, terrorista que está ejerciendo la violencia extrema hacia nuestra población".
Para Rodrigo Pérez, en tanto, quien estará en Santiago a Mil como director de Medea de la compañía TeatroReconstrucción, el arte tiene que cumplir el rol de problematizar críticamente pero también de ser solidario, mientras que el artista debe ser parte de la calle porque en ese espacio se defienden justamente los derechos humanos.
"Es difícil hablar de esto cuando se han confirmado personas que han quedado ciegas, con tanto tanto ojo perdido, tanto sufrimiento y violencia, etc. Yo creo que el arte tiene que ver con el complejizar, poner pensamiento crítico, problematizar críticamente, y por otra parte, en estos momentos también tiene que ver con el acoger, con el acompañar, con crear un espacio amable y de solidaridad. Ahora, con respecto a los derechos humanos en el estado de las cosas actual, el arte no sé si pueda hacer algo, lo que sí el artista tiene que estar en la calle, porque yo creo que los derechos humanos se defienden hoy día en la calle".