Antonio Zagal, director de Un matrimonio feliz y 25 de octubre: Chile Renace: “el video entrega una humanidad distinta”
Este año se incluye por primera vez el lenguaje audiovisual o cinematográfico en la cartelera del Ciclo Teatro Hoy, y en esta ocasión es Antonio Zagal -director de “Un matrimonio feliz” y “25 de octubre: Chile Renace”-, en conjunto con la reconocida compañía chilena Teatrocinema, quien invita a reflexionar sobre dos acontecimientos políticos y sociales que afectan a la sociedad hoy en día.
Por un lado presenta25 de octubre: Chile Renace, un recorrido temporal y espacial de las votaciones del Plebiscito para aprobar o rechazar el cambio de la Constitución de tan solo 8 minutos; y por otro lado nos muestra Un matrimonio feliz, documental estrenado en 2019 que ha recibido diversos tipos de galardones a mejor cortometraje en diversos festivales internacionales, en el que en 20 minutos cuenta la historia de cómo sus abuelos maternos vivieron durante muchos años con VIH, y cómo esa enfermedad afectó las relaciones familiares hasta el día hoy.
En conversación con la Fundación Teatro a Mil, Antonio Zagal profundiza en los procesos creativos de estos documentales y en aspectos íntimos sobre cómo fue llevar a cabo estos registros.
- ¿Con 25 de octubre: Chile Renace busca generar una reflexión, o es sólo una presentación de este momento político en Chile?
- Creo que más que una reflexión es una especie de testimonio de un momento en el que estaban pasando varias cosas, en un principio quería ir a grabarlo yo solo a los locales de votación, pero con la pandemia eso no se iba a poder, entonces ahí surgió la idea de pedirle a la gente que grabara desde sus teléfonos y terminó siendo algo muy relacionado a la época, al momento, al contexto, o sea, no sólo es este momento político súper importante que no sucedía desde el 88, sino que también estamos viviendo en este contexto terrible de encierro, de mascarillas, de enfermedad.
Igual fue muy de ir agarrando en la marcha, no llegue el día uno con "voy a hacer esto", además todo dependía de cuántos videos me iban a llegar, qué tipos de vídeos iban a llegar y todo eso, entonces fue harta improvisación respecto a lo que íbamos recibiendo y a cómo se iba ordenando.
-¿Alguna vez dimensionaste la cantidad de registros que iban a llegar?
-No, pensé que a lo más iban a llegar 100, pero como de mis primos, mis amigos y de mi mamá (se ríe). Lo que pasó fue que en Instagram hice una publicación y mucha gente la compartió, conozco a la persona que administra Lo escuché en la PUC, y le pedí a ella que lo compartiera, y a otras personas con más seguidores, y de pronto como que estalló un poco, mucha gente lo compartió y ese mismo día me empezaron a llegar desde muy temprano videos de mucha más gente de la que pensé. De pronto llegaron más de 500 videos de lugares tanto fuera de Santiago como en Santiago y fuera de Chile, por ejemplo, me llegaron muchos vídeos de Londres y yo no conozco a nadie en ese lugar.
Fue una sorpresa en verdad, pensé que la gente no se iba a interesar o que mis amigos o cercanos lo iban a hacer como por lealtad. Hubo gente que mandaron 30 o 40 videos, recolectaron videos de sus amigos o familiares, veían un video en una historia y decían: "oye, mándame esto o mándaselo al Antonio directamente".
-¿Pediste algún tipo de requerimientos para los videos?
-Lo único que puse fue que se tenía que entender que era proceso electoral, o sea, que no fuera un video de una grabación de la calle, tenía que entenderse que era una elección, y en ese sentido se podía utilizar la cámara frontal, la cámara trasera, se podían grabar los lápices, lo que la persona quisiera mientras se entendiera que era un proceso. Hubo gente que en teoría hizo cortometrajes, gente que se grabó despertando, vistiéndose, armando todo, andando en bici, después votando, después volviendo, mucha gente se volcó al proyecto.
- Es muy llamativa esa transversalidad en los relatos, puedes ver a personas de distintos géneros, grupos etarios, espacios geográficos, etc., ¿eso fue lo que buscabas hacer con el documental, presentar esa diversidad?
- Sí, esa era un poco la idea, me hubiera gustado eso sí que hubieran habido más vídeos de un lado socioeconómico más medio-bajo, porque me llegaron muchos videos de Providencia, de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, y todo bien, pero hubiera sido más entretenido haber mezclado un poco más, o sea, me llegaron suficientes para mostrar ambos lados de la sociedad. Del norte no me llegó nada, del sur me llegaron muchas cosas, eso fue lo bacán, porque se veía el ambiente ciudad y el ambiente rural, pero hubiera sido mucho más bacán tener esa visión desértica, como más árida y nortina, Antofagasta o algo así.
Fueron 133 personas las que mandaron registros y los videos eran al mismo tiempo muy distintos, pero todos muy parecidos, era una cosa media rara, pero al final cada persona grabó desde su propio entorno, pero mucha gente grabó casi el mismo tipo de cosas, y fue muy entretenido para el montaje tener a tres personas abriendo puertas, otras personas grabándose en el espejo antes de salir o tres personas grabando los lápices desde distintos puntos de vista, en distintos lugares, eso sirvió demasiado. El material que llegó era perfecto.
-¿Cómo fue trabajar con Eugenio Arteaga?
- Hablé con Eugenio unos días antes y me comentó que ya había hecho algo similar con noticieros con este formato medio de tríptico, entonces le dije: "Bueno, si tú cachai esta técnica, y te interesa, hagámoslo juntos". Con él se eligieron cuáles eran los videos que iban al mismo tiempo, fue de él la idea de poner muchos juntos, fue un trabajo muy 50/50, lo que más hice fue ese trabajo de preproducción, de pedir los videos, de recibirlos y catalogarlos, pero después todo el trabajo de selección, de orden, de música fue todo con Eugenio, la música es 100% de él.
- Se nota que el lápiz es uno de los elementos conductores del documental, ¿esa fue una decisión que tomaron juntos?
- Sí, mucha gente grabó los lápices, porque es la primera vez en una elección que decían lleva tu lápiz y qué lápiz, si hubiera sido cualquier lápiz probablemente no nos hubieran llegado tantos videos de eso, pero como era el específico lápiz Bic azul mucha gente lo tomó como un representante de las elecciones. Entonces, teníamos que incluir este concepto del lápiz.
- En cuanto a la narrativa, ¿el cierre estuvo pensado con antelación?
Lo vi después cuando me llegaron todos los videos y dije: "Bueno, pero cómo cerramos esto", y también eso dependía de si ganaba o no el Apruebo, porque si llegaba a ganar el rechazo no iba a haber carrete en Plaza Dignidad. Cuando ya se supo que ganó empecé a fijarme en Instagram quiénes estaban allá y les empecé a mandar mensajes: "Hola, cuando puedas mándame esto", y ahí me empezaron a llegar, entonces fue más que nada para tenerlo, y después ya en el proceso de montaje fue cuando llegamos a la conclusión de que había que hace una línea temporal del día, por eso el primer plano es de alguien que da la impresión de estar despertándose, hasta el final del día con la gente celebrando en la plaza.
- ¿El nombre surge a raíz de las manifestaciones en Plaza Dignidad y las intervenciones lumínicas que hizo Delight Lab?
Definitivamente hicimos una correlación con eso, porque es una de las últimas imágenes, se ve el mensaje ahí, y por eso el intento de mostrar esto fue literalmente pongamos el día de la fecha y el Chile Renace. Además, tenía sentido con lo que sentíamos Eugenio y yo de que este es un momento simbólico, quizás en la práctica no va a ser un gran cambio, pero dentro de lo simbólico como población, país o procesos políticos que han sucedido en los últimos 30 años esto sí fue un renacer, no solamente por el hecho de estar cambiando una Constitución hecha en Dictadura, sino también porque fue la elección con mayor participación en la historia.
-¿Cómo fue tomar la decisión de hacer un documental con este material sobre una problemática mucho más íntima y familiar?
Creo que fue medio a sangre fría, siempre he pensado que soy capaz de separar mis propias emociones respecto a un tema si es que es necesario trabajar. Para mi el tema siempre fue medio robótico, esto es un documental, esto es lo que hay que hacer, entonces no fue hasta ya en el final final, incluso después de que lo hubiéramos estrenado, en que me empecé a preguntar: "Mmm quizás esto es demasiado íntimo".
Me acuerdo de una vez que acompañé a mi abuelo a su doctor, y él nos comentó que estaba viendo una especie de pandemia de VIH nuevamente y que la mayor parte de los pacientes nuevos eran menores de 18 años heterosexuales. Uno siempre tiene la idea de que el VIH es sólo de los gays y de las prostitutas o trabajadores del área sexual, y pensaba en la posición de estos niños de 15 o 16 años que no reciben educación sexual en los colegios, ni en las casas probablemente, y quizás saben o no saben de la existencia del VIH, y si saben es como "ah, pero eso es sólo de los gays".
Creo que es imposible además pensar que mis abuelos, bueno ahora están muertos, pero si alguien que no sabía de la historia y los veía en un asado o algo así nunca hubiera pensado que estos señores de más de sesenta años, con hartas erres en los apellidos, educados y todo eso, llegarán a tener VIH, menos aún si lo relacionas con la homosexualidad y la pobreza, entonces era necesario expresar que esto le puede pasar a cualquiera, que hay que cuidarse, y que no hay cura todavía.
También la idea era mostrar que con VIH la vida sigue, mi abuelo que falleció el año pasado alcanzó a vivir casi 21 años con VIH en condiciones ideales, mi abuela tuvo la mala suerte de que ella reaccionó mal a los remedios, pero eso ya es algo relativo, te puede pasar como no te puede pasar. Entonces, era también mostrar que el VIH ya no es la enfermedad de los años 80's en que si te daba lo más probable era que te murieras, y que mucha gente murió de eso y fue terrible, pero ahora contagiarse de VIH no es una sentencia de muerte, puedes vivir tu vida perfectamente.
-¿Cómo fue el proceso de buscar, investigar, y ver si estaban esos registros visuales como fotos o vídeos caseros?
Siempre me he interesado mucho por las fotos familiares, siempre han habido muchas y de hecho yo lo tenía acá, porque mi abuelo me lo pasó todo cuando se fue de la casa donde creció mi mamá y se vino a vivir aquí, y como lo tenía todo sólo me quedaba clasificarlo y ver qué sirve. Fue muy entretenido recuperar los videos, los digitalice todos y luego fuimos seleccionando partes, eso me salvó un poco la vida, porque es muy distinto ver a alguien en fotos a verlo en video, eso le da al tiro una humanidad distinta, por eso me hubiera encantado que hubieran habido videos del matrimonio de mis abuelos del año '62, pero parece que a nadie se le ocurrió.
Con esos registros puedes ver su relación de familia, la relación los hijos, los nietos, y se podía apreciar que al final eran abuelos al fin y al cabo, y creo que mucha gente tiene ese tipo de recuerdos entonces también era como decir: "Éramos una familia muy normal y estaba pasando esto por detrás y nadie sabía, o muy pocos sabían".
-¿Por qué no haces todas las voces en off?
La voz masculina soy yo, en un principio se lo iba a pedir a un actor, pero después pensé que no iba a tener mucho sentido porque es muy personal, muy íntimo, sí o sí tenía que hacerlo yo, aunque todavía me da cringe, y la voz femenina la hizo mi mamá, porque hay tres voces narradoras que son mi abuelo, mi mamá y yo, y lo hice un poco para representar las tres generaciones que están involucradas, la generación abuelo, madre y nieto.
Además, la parte que narra mi mamá - que es esta escena de las empanadas- es una especie de diálogo que ella escribió al mismo tiempo que estaba pasando todo, llegaba a la casa del hospital y anotaba sus percepciones. De hecho ella fue un día cuando yo estaba trabajando en el computador, llegó por las sombras (se ríe), me pasa un cuaderno, y dice: "Toma, escribí esto cuando tu abuela estaba mal", y cuando lo leí fue increíble, esto sí o sí tiene que ir con la parte de las empanadas, y se convirtió en la parte más emotiva del documental, porque estás viendo a la persona sobre la que se está narrando y al mismo tiempo se está narrando algo muy crudo.
-¿La escena de las empanadas es una de tus favoritas?
Sí, lo que pasa es que ese un vídeo que hizo mi tío y lo hizo cuando mi abuela estaba viva, y nadie lo vio, y uno no se da cuenta de lo valioso que son ciertas cosas hasta que las pierde, ese video quedó como el registro más importante de quién era mi abuela como persona, ella fue educada para que fuera ama de casa, mamá y abuela. Fue la primera vez que lo vi después de que se murió, que fue tres o cuatro años después, y me puse a llorar, porque fue un impacto verla tan contenta, y saber que por detrás estaba pasando todo esto.
-Es potente el cierre de Un matrimonio feliz con la escena del cumpleaños...
Fue darme un poco cuenta de que él no la seguía acompañando, es muy complicado cuando alguien hace algo tan contrario a tus propios valores o ideales, pero ese alguien resulta ser tan cercano, por lo menos para mí, porque yo con mi abuelo éramos muy cercanos, entonces siempre se iba a generar una relación media extraña. Creo que mi abuela murió a raíz de las consecuencias de las acciones de él, pero también creo que murió por las consecuencias de su persona o sus decisiones, por eso termina así el documental, porque así es como lo veo.
Al final siento que los dos manejaron la situación muy mal, priorizaron mucho el qué dirán y mantengamos esto en secreto que el qué hacemos y qué es lo que yo quiero hacer en verdad, siento que la historia hubiera terminado muy bien para los dos si es que hubieran sido un poquitito menos antiguos en cuanto a sus formas de crianza. Con el cumpleaños era mostrar eso y ahí cada persona lo puede interpretar como sea, era cómo representar el estado familiar sin tener que decir en voz en off este es el estado familiar, ése es el paso uno del documental, mostrar más cosas con imágenes que con diálogo.
Recuerda que estos documentales estarán disponibles sólo hasta mañana, durante todo el día y de forma gratuita, en el escenario digital de Teatroamil.tv
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