HAMMAM propone la experiencia de una purga colectiva inspirada en las prácticas tradicionales de los baños de sudor o calor presentes en distintas geografías y culturas a lo largo de la historia. En un entorno inmersivo, la obra explora el vapor de agua y el sonido como cuerpos medioambientales y medios táctiles, y el baño como práctica social de sanación entre lo íntimo y lo público.

Hammam es una palabra árabe que significa “esparcidor de calor” y tiene relación con espacios sociales de baño y limpieza del cuerpo y el espíritu, mediante el vapor. La performance invita a una experiencia envolvente en un medio ambiente vaporoso; a una transición térmica entre calores y fríos; a un vaho sonoro oxigenante, vigorizante e ionizante.

HAMMAM es un proyecto de investigación y creación transdisciplinar que genera cruces entre danza, arte sonoro, performance y escritura, desarrollando piezas en diversos formatos, como cápsulas sonoras, una publicación editorial, una performance de danza, prácticas corporales y conciertos vaporosos.

En cada función de HAMMAM se ofrendan aproximadamente 50 litros de agua, cantidad equivalente al agua corporal de un cuerpo humano. El agua utilizada es recolectada y devuelta a la tierra luego de cada función.

“En todas estas prácticas se busca generar experiencias de limpieza a través de la sudoración y la provocación de una fiebre artificial por medio del calor. Eso gatilla la dilatación de los cuerpos, la transición entre estados, la liberación de toxinas y la circulación y el tráfico de aguas corporales dentro y fuera en un ciclo de estados, entre lo líquido y la evaporación. Son todas experiencias públicas, de encuentro social, donde lo íntimo y lo colectivo se tocan”, explica Javiera Peón-Veiga, directora de HAMMAM.