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Creadoras de Las convocadas y Mes del Orgullo: “Mientras no haya justicia para las disidencias no puede haber un orgullo total”


En medio de la conmemoración del Mes del Orgullo para disidencias o comunidades LGTBIQA+, y en el marco del Ciclo Teatro Hoy 2021, se presenta Las convocadas, manifiesto de una joven lesbiana en busca de justicia, una obra de teatro que cruza elementos sonoros y audiovisuales para visibilizar los casos de lesboodio de María Pía Castro (2008), Nicole Saavedra (2016) y Susana Sanhueza (2017), ocurridos en la región de Valparaíso en Chile.

Este montaje escrito por Tatiana Baeza y dirigido por Evaluna Valdivieso, llega al escenario digital de Teatroamil.tv de forma totalmente gratuita y disponible hasta el 24 de junio durante todo el día, para sensibilizar a la población y hacerla reflexionar sobre la representación de las disidencias en las artes escénicas, el rol del Estado y los Tribunales de Justicia en la penalización de estos crímenes de odio y, al mismo tiempo, empatizar con la realidad de estas personas que se escapan de la norma patriarcal.

En conversación con Fundación Teatro a Mil, Evaluna y Tatiana comentan cuáles fueron los desafíos durante la creación de la obra, cómo la pandemia les permitió irse de lleno al lenguaje audiovisual y cómo Las convocadas, manifiesto de una joven lesbiana en busca de justicia puede entenderse como teatro político y activismo social.

- ¿Cuál fue la motivación de hacer un montaje relacionado con las disidencias y no necesariamente con feminismo puro y duro, sino más bien de lesbofeminismo?

T: La obra partió por el caso de Nicole Saavedra. Estaba escribiendo una obra que era sobre Nicole y después se me dio vuelta, porque en el proceso de investigación también me topé con los caso de estas otras compañeras (María Pía Castro y Susana Sanhueza) entonces fue como: "Están ahí, necesito también poder hablar de ellas.”

Primero está este mundo más onírico, fragmentario, inconsciente, de sueños y pesadillas, presagios y múltiples voces que parte también de un reflexión personal de ser lesbiana, de lo que implica ser lesbiana y de una falta de representación, que lo pueden diagnosticar la mayoría de las disidencias dentro del arte en general.

Obviamente me considero feminista, pero para mí era muy importante hacer una obra de lesbianas, porque como lesbiana entiendo que hay muy poca representación y que todavía hay muchos casos que visibilizar. Ese el objetivo, no sólo de la obra, sino como del proyecto al que estamos apuntando como compañía y de activismo: visibilizar a nuestras compañeras, la violencia que se vive día a día y tratar de hacerle un poquito de frente con nuestro granito de arena muy humildemente.

-¿Entonces fue una decisión en conjunto presentar los casos de estas mujeres desde la cotidianeidad para mostrar un lado más humano y sensible de lo ocurrido?

T: Para nosotras era muy importante hacer ese acercamiento sensible, y en términos de representación nunca poner palabras en las bocas de las chiquillas y nunca poner palabras en las bocas de sus familias ni cercanos, nosotras no te conocemos, no vamos a ser quién para decir lo que tu pensabas o lo que tu creías, pero sí ver cómo nos podemos acercar nosotras a partir de nuestras propias experiencias y lugares a esa sensibilidad. También tratamos de reflejar esa juventud, no es lo mismo tener 40 años a tener 30 o 20, son etapas de vida distintas, se supone que la juventud es la flor de la vida, y en vez de ser la flor de la vida es el momento donde te la arrebatan.

-¿Desde un principio pensaron en hacer "Las Convocadas" en formato cinematográfico?

E: Siempre quise esta pregunta, esto estuvo pensado desde el principio. Tenemos toda nuestra escenografía hecha en dibujos, nuestro deseo era que la escena tuviera lo multimedial y lo presencial al mismo tiempo. Siempre quisimos grabar los monólogos en un formato que fuera sonoro y al mismo tiempo visual, de alguna forma la pandemia nos habilitó la realidad a sólo concentrarnos a aquello que queríamos hacer, que eran los monólogos, ya no podíamos trabajar el diálogo, porque dialogar por Zoom es muy complicado, entonces nos centramos como equipo en las escenas monológicas, entendiendo además que estas se mezclaban entre sí.

-Respecto al lenguaje audiovisual, ¿todo lo que es superposición de imágenes, voces en off y la música se fue viendo sobre la marcha o fue una decisión tomada con antelación?

T: Una de las premisas de trabajar con la música era trabajar con la música transgénero, salir de un único género musical, pero claro, las herramientas son electrónicas y eso estuvo decidido desde el principio.

E: En sentido, la música va desde lo electrónico, pero también va tomando distintos géneros como el neoperreo, el rock, el reggaeton, va como modulando y moderando y eso es muy interesante, a veces habían mezclas de músicas que quizás no deberían ir juntas, pero van juntas. Es como un llamado a la disidencia tanto en lo musical como en lo audiovisual, en lo audiovisual también hay una búsqueda de lo disidente, pero también desde esta representación del teatro y sobre cómo llevar el teatro a la pantalla.

- ¿Qué es lo que querían simbolizar con las encapuchadas?

T: Estábamos trabajando con el concepto de personajes sin roles, sin carácter. Nosotras estamos con el rollo de que no queremos que nuestros personajes sean particulares, porque no queremos que sean excepcionales, porque los casos de los cuales estamos hablando y la disidencia de la que estamos hablando no está hecha de particularidades o de excepciones, como así lo ha querido mostrar la historia hegemónica. Queríamos tratar de difuminar esa identidad y mostrar cuál es el rol que representa dentro de la sociedad y su rol simbólico también.

E: Hay dos símbolos que juegan, por un lado el fútbol y todo lo que representa en el mundo lésbico, y por otro lado el borramiento del rostro y además el simbolismo de cada capucha en la sociedad chilena, lo que significa Colo Colo y qué clase social representa versus Universidad Católica versus Universidad de Chile. A medida que borramos nuestra identidad o la identidad de los personajes, lo que los hace característicos, borramos eso, pero además ponemos este simbolismo que es una carga sobre este personaje.

-¿Esta escena del corte de pelo hace un guiño a la representación heteronormada de cómo debe verse la mujer?

E: Totalmente, nos costó harto, fue un monólogo difícil el hacernos cargo de la heteronorma y al mismo tiempo ser la norma, pero sin esa odiocidad, tiene que ver con lo que podría significar ser lesbiana camiona, ser lesbiana fem, la pregunta es más hacia el cuestionamiento: "Sé normal, no te escapes de la norma". Es un cuestionamiento también de la norma de "ser mujer".

T: Tiene que ver con esta norma de ser mujer, pero también de ser lesbiana, es muy chistoso, porque en el imaginario colectivo todas las lesbianas tienen el pelo corto, pero si uno ve la representación de la lesbiana en las series o qué se yo, todas son sumamente femeninas, entonces parece que hay una cuestión súper extraña del discurso. Además, también esto de que cuando una se muestra como camiona, gustosa de ser camiona, está este comentario de: "Ah, quieres ser hombre", "No quiero ser hombre, soy camiona, no porque tenga el pelo corto quiero ser hombre". Pareciera que las únicas mujeres que pueden llevar el pelo corto son las abuelas.

-¿Cómo fue esa decisión de representar la sociedad patriarcal a través de frases implícitas como "así se creó el mundo"?

E: Viene de un juego de la dramaturgia, esta obra se instala en un neo Chile, un neo futuro donde ha ganado la derecha, donde el lesbianismo ha sido votado para criminalizar y perseguir a las mujeres lesbianas, a las mujeres mapuches, etc., en esta escena la periodista está cuestionando lo que es el bien y el mal, nosotras nos imaginamos a la periodista que viene de un mundo un poco más privilegiado, esta periodista que con todo lo que le empieza a suceder y con todo lo que empieza a devela se sale dentro de la norma, juega al quiebre y hace las preguntas: "¿Quién es el bueno y el malo?", "¿Si todos los guerrilleros murieron es porque eran los malos?".

T: Otra de las frases clave de ese monólogo es: "A veces fue legal, otras veces no, pero así se construyó el mundo", a mi me parece que ahí está la síntesis como de que la hueá puede sonar muy perversa y ridícula en su extremo, pero a veces ha sido legal, y otros como hoy en día no está dentro de la legalidad, pero sigue ocurriendo y sigue quedando impune.

-Fue una coincidencia que la presentación de "Las Convocadas" en el Ciclo Teatro Hoy 2021 calzará con el Mes del Orgullo, ¿qué opinión tienen en torno a esta celebración o conmemoración?

E: Hay que sentir orgulloses de poder vivir, resistir, de existir libremente en los espacios que decidamos. Tampoco hay que olvidar que hay una total impunidad hacia los agresores y que no podemos hablar de un orgullo hasta que no exista justicia, en ese sentido, a todo el equipo nos alegra mucho poder estar en Teatro Hoy en el marco del Mes del Orgullo, porque abre la reflexión sobre cuál es ese orgullo.

-Si bien estamos visibilizando a las disidencias y al mundo LGTBIQA+, también estamos generando una reflexión. Mientras no haya justicia no puede haber un orgullo total, y ese orgullo viene de la resistencia de: "Estoy aquí, me quedo en este espacio de incomodidad, me vuelvo incómoda para la sociedad, me vuelvo una paria para la sociedad, pero resisto y existo".

T: Es muy rico hacer esa reflexión sobre de qué estamos orgullosas. Desde que se hizo la obra han aparecido más casos, cuando se escribió la obra ninguna de las chiquillas tenía justicia dentro de sus casos y al día de hoy, tres años después, sigue estando igual. El caso de María Pía Castro pre escribió y cerró sin ningún culpable, el caso de Nicole Saavedra ha pasado por muchas cosas, las chiquillas se tomaron la Fiscalía, después las trataron de perseguir, las metieron a juicio, estuvieron en juicio antes que el agresor, eso es una cuestión inverosímil. Finalmente, en el caso de la Susana se declaró inocente a Cristián Muñóz, después se trató de subir al tribunal para apelar, dijeron que no, presentaron la apelación a la Corte Suprema y hace un par de días la Corte Suprema dijo que no, y al final estamos frente a un caso que quedó en la impunidad.

E: Creo que todo esto lo tomamos como una oportunidad de abrir caminos y eso también nos parece bonito, y nos emociona saber que estamos contribuyendo a que un futuro existan más obras lésbicas, con temáticas lésbicas, con preguntas lésbicas o disidentes, porque en la realidad chilena son pocas. Nos emociona estar en un espacio tan importante como Teatro Hoy con esa visibilidad, y sentirnos parte del trabajo de Teatro del Puente con su búsqueda de nuevos lenguajes emergentes. Es importante que esta obra sea gratuita, que llegue al público, que se hablen de estos temas, y es emotivo para las familias de las compañeras también que esto se visibilice, lo requiere.

T: El mayor acercamiento que nosotres podemos hacer para hacer justicia es hacer memoria, y creo que eso es súper importante, saber en qué terreno estamos caminando, quiénes son las compañeras que nos han abierto camino para hacer obras lésbicas sin ser perseguidas y al mismo tiempo quiénes son las compañeras que han sufrido violaciones a los derechos humanos o vejaciones, y saber de que esas son las memorias que estamos cargando.

-Generar una memoria colectiva y ser sensible a esa memoria colectiva, no estamos exentas de violencia, al patriarcado, la impunidad, y es importante acercarse a esos espacios y sensibilizarse. Con la obra queríamos que fuera un viaje sensible, sabíamos que la experiencia podía ser fuerte para otras personas, pero también sabemos que es una experiencia que invita a hacerse muchas preguntas y la invitación es eso, es una experiencia bonita con momentos de luz y otros no, y de eso se compone nuestra vida como lesbianas, entonces no podía ser de otra forma.


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