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Tras dos años de viaje, “Globe to Globe Hamlet” finaliza su gira mundial


Tras dos años de viaje, “Globe to Globe Hamlet” finaliza su gira mundial

El fin de semana del 23 y 24 de abril de 2016, la compañía británica Shakespeare’s Globe Theatre presentará las últimas funciones de la obra con la que recorrieron el mundo y con la que también llegaron a Antofagasta y Santiago en 2014. “Sin duda, lo volveríamos hacer”, dice una de sus integrantes.

Por Karina Mondaca

El 23 de abril de 2014, doce actores de la compañía británica Shakespeare’s Globe Theatre, tomaron sus maletas para emprender un viaje único. Acompañados de su equipo de producción, el elenco partía a una aventura que duraría dos años, y que pretendía celebrar el legado de uno de los autores ingleses más importantes de la historia.

Bajo el nombre de Globe to Globe Hamlet, el proyecto consistía en una gira mundial que aspiraba a presentar en cada uno de los países del mundo, una de las obras principales de William Shakespeare, Hamlet. La misión era lograrlo dentro de un periodo marcado por dos importantes fechas: el inicio estaría marcado por el día en que se celebraron los 450 años del nacimiento del dramaturgo, mientras que el cierre sería agendado para dos años después, fecha en la que se conmemoran los 400 años de la muerte del mismo autor.

“Todo empezó como un sueño que parecía casi imposible”, dice Malú Ansaldo, encargada de la gira internacional del Shakespeare’s Globe Theatre. “Cuando empezamos a buscar partners en todo el mundo, la gente estaba un poco escéptica, preguntándose cómo íbamos a llegar a todos lados. Obvio que hubo países a los que no pudimos llegar porque había guerras u otros motivos, pero siempre logramos hacer la obra para audiencias de todos los países y al final siempre encuentras a las personas que cree en lo que estamos haciendo y que comparte lo mismo que nosotros”, agrega la profesional al teléfono desde Londres, mientras coordina los últimos detalles de una función en Dinamarca, en la que el elenco conocería a la Reina de ese país.

Los dos años de gira (cuyo registro puedes revisar aquí) terminan el fin de semana del 23 y 24 de abril de 2016, día en que la compañía llegará a Londres para presentar las últimas cuatro funciones de Hamlet en el Globe Theatre, recinto que prepara un fin de semana lleno de actividades relacionadas a Shakespeare. “No estamos nerviosos, porque hacer el show ya no da nervios, pero es fuerte la sensación de volver a casa. La vuelta va a traer personas nuevas, distintas, que crecieron mucho como personas, como actores y en muchos sentidos. Si bien es el mismo show, cada vez se siente distinto. Es nervio, pero no de hacer la función en el Globe, sino que del todo, de algo que se termina después de tanto tiempo”, confiesa Malú.

Los números de la gira son impresionantes: 730 días, 196 países visitados, más de 310.000 kilómetros recorridos, funciones en 5 campos de refugiados, una presentación ante 200 embajadores de las Naciones Unidas y el logro de ser los primeros visitantes culturales en Somalilandia después de 23 años, y la primera compañía en lograr poner a hombres y mujeres juntos en un escenario, en Arabia Saudita. Además, la iniciativa recibió diferentes reconocimientos como el Premio Renee Stepham por Mejor Presentación en una gira de teatro, otorgado por los Premios UK Theatre; el Premio Internacional de The Stage Awards, y, en octubre de 2014, la UNESCO aseguró el patrocinio del Globe to Globe Hamlet, por su aporte y compromiso a comunidades locales de los países, y por promover la educación cultural.

Después de esto, la compañía no tiene nada más que agradecimientos para todos quienes colaboraron en el proyecto, el cual fue posible gracias a donaciones de personas naturales y el aporte de organizaciones gubernamentales, culturales y empresariales. Pero además, la experiencia sirvió para mucho más: “Creo que se convirtió en algo mucho más relevante de lo que pensamos que iba a ser en un comienzo”, reflexiona Malú. “Y eso que en un principio, sí pensábamos que lo iba a ser, pero se convirtió en algo gigante y algo que a todos nos hace sentir muy orgullosos. Superó todas nuestras expectativas, y como compañía, además de ser excelentes actores, demostramos ser excelentes embajadores. Es muy movilizante, porque además este domingo parte nuestro jefe, Dominic Dromgoole, el Director Artístico del teatro; y es a él a quien se le ocurren todas estas locas ideas. Entonces son muchas cosas las que están pasando, es un gran momento para todos nosotros”, agrega.

De todos los países que visitaron, ¿cuál fue el lugar más difícil de llegar y por qué?

Hay muchos que son por razones distintas. Para mí uno de los más interesantes, el más especial fue en un campo de refugiados en Yibuti, al lado de Etiopía, y donde está llegando mucha población de Yemen. Trabajamos todo con Naciones Unidas, con el Departamento de refugiados, y para llegar allí, primero tuvimos que estar en Etiopía, de ahí a Yibuti, luego en un bus, cinco horas por el desierto, hasta llegar al Campo Markazi, donde viven más de 20 mil refugiados, cuya mayoría llegan allí cruzando el mar. Teníamos que hacer la función con luz del día, y logísticamente fue un gran desafío, pero emocionalmente fue espectacular.

Me imagino que en dos años, es obvio que sufrieron algún tipo de accidente, problemas con el clima, alguien se enfermó o tuvieron algún problema técnico. ¿Tienes alguna anécdota que pudieras compartir?

Accidentes por suerte no tuvimos, pero perdimos toda la escenografía tres veces. Las aerolíneas nos perdieron todo en las islas del Pacífico, donde están todas estas islas chiquititas. El tema fue que en lugares como estos, es un sólo avión el que llega y un sólo avión que sale por semana. Entonces si la aerolínea te deja las cosas atrás, las cosas simplemente no llegan a tiempo. No es como donde hay vuelos todo el día, y te ponen las cosas en el vuelo que viene después.

Hubo como 5 o 6 países a los que los actores tuvieron que llegar sin nada, sin escenografía, vestuario, nada. Pero no cancelamos ninguna función, porque las cosas igual no iban a llegar, así que las hicimos con lo que teníamos. Si la historia la tienes y los actores también, todo bien. Nuestras funciones igual son bastante sencillas, entonces lo que hacían los actores era sacar cosas de su propia ropa, de sus propias valijas, más o menos similares y listo. La lucha de espadas la hicieron con tacos de pool, por ejemplo. También compramos pedazos de tela y cosas así. Pero bueno, las giras antes eran así, un poco improvisado, y nuestra idea siempre fue un poco replicar lo de las giras en esa época, que era llegar a un lugar y ponerte a hacer la obra con lo que tengas.

Lo de la escenografía nos pasó lo mismo en África, y además tuvimos dos o tres actores que se enfermaron, entonces el resto de los actores sólo tenía que rotar en más personajes que costumbre. Por ejemplo, cuando estuvimos en el Campo de refugiados, tuve dos de los actores más mayores enfermos, entonces un actor hizo de Claudio y Polonio a la vez. ¡Dobló los dos papeles en simultáneo! El tipo es un genio, pensó en cómo hacerlo y lo hizo.

¿Cómo fue la recepción en los diferentes países?

Espectacular. Lo curioso en que todos los países hay una lectura distinta. Cada país, según su historia, cada persona con su historia, ve las cosas de manera distinta. La obra obvio que tiene una universalidad, que habla de la vida y la muerte, pero hubo ocasiones en la que efectivamente nos presentamos en lugares donde hubo genocidio y asesinatos masivos, entonces había todo otro significado.

Pasaron cosas como que en Ucrania nos presentamos un día antes de las elecciones, y el candidato a presidente estaba viendo la obra. Entonces Hamlet, que hace todo un discurso hacia el Rey en la obra, se lo hizo a esta persona mirándolo a los ojos. También en el Vaticano, en una parte Hamlet mira al cielo y estaba todo lleno de pinturas del Renacimiento espectaculares. Era increíble. Más allá de los contextos sociales y políticos, donde la obra puede cobrar otra dimensión, los espacios también hacen que la obra tome otro significado cuando la estamos haciendo.

En noviembre de 2014 pasaron por Chile como parte de #Shakespeare450, una serie de actividades gratuitas organizadas por Fundación Teatro a Mil. ¿Cómo recuerdan esas funciones en Antofagasta y Santiago?

Espectacular. En Antofagasta fue una de las pocas locaciones donde estuvimos tan cerca del mar, y por eso, esa presentación siempre la recordamos grandilocuente, porque además el escenario era enorme jajaja y bueno, estuvimos muy cerca del mar. Fue súper, muy buenas funciones.

Después de viajar por dos años, ¿qué se viene para el elenco?

El elenco se disuelve, ya que nuestra compañía trabaja por obra, no es un elenco estable. El Globe también está cambiando mucho, porque se va el director, entonces la nueva temporada de verano, que empieza la próxima semana, es bien distinta. Todos se tomarán bastantes vacaciones, yo creo, aunque uno de los chicos ya está preparando una nueva obra y dentro de dos semanas empieza a ensayar. Yo creo que está loco jajaja pero él dice que quiere seguir de largo. Cada uno es distinto, yo creo que va a tardar tiempo en que les caigan todas las fichas de lo que les pasó, de lo que vivieron. Yo creo que todos necesitamos tiempo para asimilar, porque es demasiado. Llevamos tres años en esto y va a ser un gran cambio para todos.

Pero a pesar de todo el sacrificio y el cansancio, ¿lo volverían a hacer?

Sí, obvio, ninguna duda. Lo que pasa es que éste era el contexto indicado, porque coincidieron los dos aniversarios, pero sin el contexto es muy difícil hacerlo. Eso no quiere decir que no nos gustaría hacerlo, pero son momentos únicos en los que tienes la oportunidad de hacer algo así de grande, pero si no, es un poco forzado. Además, fue el momento en el que muchos partners en todo el mundo quisieron invertir en algo así, porque eran los aniversarios. Pero sí, definitivamente. En lo personal, no lo dudo, y los chicos no creo que te digan que harían algo distinto.

 Crédito foto superior: Bronwen Sharp

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