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Punta de rieles, el montaje que cruza el poder con el sufrimiento del pueblo


Punta de rieles, el montaje que cruza el poder con el sufrimiento del pueblo

La compañía Teatro La Ermitaña lleva a los escenarios la novela Punta de rieles del escritor y Premio Nacional de Literatura de 1957, Manuel Rojas. Una obra que es protagonizada por el actor Luis Dubó, quien encarna a un obrero de una salitrera. “Este país está siendo visitado constantemente por los mismos traumas, por el mismo destino trágico de desencuentro”, indicó el actor.

Por Diana Torres

Desde que Luis “Tato” Dubó era un niño se sintió cercano a la obra del escritor y Premio Nacional de Literatura de 1957, Manuel Rojas, uno de los autores más notables de la literatura chilena. Había elementos coincidentes, entre los seres que retrataba, los paisajes y dramas, porque Tato Dubó creció en Chuquicamata, en un pueblo que ya no existe, y fue criado en un entorno minero.

Su padre trabajó en el rubro y sus abuelos hicieron lo suyo en las salitreras. Después con el paso de los años fue carnicero y mariscador, es por eso que interpretar al obrero Romillo Llanca, en la adaptación de la novela de Manuel Rojas, Punta de rieles, fue un paso necesario.

“Tengo mucho arraigo con Romilio Llanca, es parte de mi existencia, de mi identidad, soy parte de este personaje y soy parte de este pueblo íntimo y profundo. Tener la posibilidad de enfrentar a este personaje literario tan potente, siempre fue un desafío y poder hacerlo ha sido un premio al esfuerzo. Después de tantos años me he sentido en el cuerpo de este monstruo literario, como es la obra de Manuel Rojas”, reflexionó.

14195189_10154673489996992_5805344766896345801_oA 120 años del nacimiento del escritor de “Hijo de ladrón”, la compañía de teatro La Ermitaña estrenó el montaje Punta de rieles, una adaptación teatral que está a cargo del director y dramaturgo, Mauricio Roa Lucero, de los actores Luis Dubó, Etienne Jean Marc y Mario Ubeira, y que se presenta hasta el 2 de octubre en Matucana 100.

El montaje está situado en una oficina salitrera de Antofagasta a fines de 1930, y parte con la confesión del obrero sindicalista Romilio Llanca, quien acaba de asesinar a su mujer. Del otro lado lo escucha Fernando Larraín Sanfuentes, un subdirector de un modesto periódico. El obrero viene a pedir un consejo que ayude a enfrentar esta situación, que lo saque el acto mismo. Larraín, por su parte, es un aristócrata que ha perdido su familia, trabajo y estatus arrastrado por los vicios de la vida bohemia.

Ambos han destruido sus vidas y han tocado fondo, y representan la sociedad chilena, explicó Dubó. “Romilio Llanca y Fernando Larraín Sanfuentes, son de alguna manera dos compendios de experiencias humanas, que se dan en este cruce de rieles. Estos monstruos humanos representan parte importante de nuestra idiosincrasia, el hombre que viene del poder y el hombre que viene del trabajo y del sufrimiento del pueblo”.

Punta de rieles es parte de un Fondart, del cual Luis Dubó es responsable, ya que es un sueño que partió hace bastante tiempo y que se concretó con esta obra,  que nos transporta a la letra de Manuel Rojas comentó Tato Dubó.

“Asistir a la obra Punta de rieles es como volver en el tiempo, estamos haciendo teatro como si lo estuviéramos haciendo en la salitrera, es un teatro físico, de esfuerzo, es un teatro testimonial y documental. Hemos hecho una adaptación muy trabajosa para poder poner en escena esta obra tan tremenda, intensa y extensa. Es un trabajo hecho a la antigua, hecho a mano. Es una puesta en escena con sangre, sudor y lágrimas”, comentó.

Se dice que Manuel Rojas en esta novela muestra otra versión de sí mismo, pero ya no desde el aspecto autobiográfico ¿en qué elementos vemos esto?

Esta obra resume un poco la experiencia de vida de Manuel Rojas, pero tienes sentido en que no es tan autobiográfica, sin embargo, en la novela él ocupa muchos personajes que construye dentro de su literatura que vienen por parte de su conocimiento en vida de personajes que conoció y tuvo cercanía, como por ejemplo con personas de la alta sociedad, y las plasmó en esta historia a través de sus viajes y de su periplo personal.

Este es un texto con presencia de la corriente de la conciencia, ¿fue un desafío enfrentarse a un texto así y adaptarlo al teatro?

Claro, nos enfrentamos a ese desafío para no traicionar este principio tan poderoso que tiene que ver con cómo el mundo interior, los recuerdos, pensamientos y experiencias, se vuelven literatura. Para eso está este mundo que gira y se mueve, que no se sabe bien si son palabras dichas al viento o son palabras dichas al alma, a sí mismo, al espectador. Por eso tenemos esta decisión estética hacia el giro de movimiento que tiene que ver con la máquina, los trenes. Tiene que ver de dónde nace la idea y se convierte en palabra, cómo la palabra se puede transformar en un libro, en un diario, en un texto escrito. Hay toda una poética que ha sido bien resuelta por Pablo de la Fuente, un gran escenógrafo nacional.

Manuel Rojas nos presenta un escenario que en Chile no ha cambiado mucho, en lo laboral por ejemplo o en los valores que Fernando Larraín representa ¿Cómo describirías esta situación?

Eso es lo doloroso, es un Chile que se vuelve a repetir con toda la crisis del cobre que está ocurriendo, que es similar a la crisis del salitre que ocurrió antes. Este país está siendo visitado constantemente por los mismos traumas, por el mismo destino trágico de desencuentro, de falta de respeto por parte de los que tienen el poder y por falta de organización y dignidad de los explotados. La ignorancia del pueblo hace que se siga sosteniendo un desequilibrio constante en una sociedad que creo tocó fondo y estamos en un colapso que hace necesaria una revisión de porqué nuevamente hemos caído en lo mismo.

Hay que volver a leer a Manuel Rojas para entender nuestro presente

Totalmente, tenemos que repensarnos para que definitivamente vayamos sanando nuestras heridas, nuestras distancias y tenemos que darnos cuenta de todos nuestros errores porque siempre es tiempo para enmendar.

Punta de rieles se presenta hasta el 2 de octubre, los días jueves, viernes y sábado, a las 21 horas, y los domingo, a las 20 horas en el Centro Cultural Matucana 100. Más información aquí.
Foto: La Ermitaña Teatro, Punta de rieles.
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