Laura Pizarro: “Teatro a Mil fue un espacio para empezar a pujar juntos por algo, con un sentimiento colectivo de hacer más presente el arte escénico”
Por Gabriela González
La prensa chilena lo consignaba en 2005: “El teatro lamenta el fin de La Troppa”. Comenzaba el año y se confirmaba el fin de unos de los colectivos teatrales más destacados de los últimos años. Luego de exitosos trabajos escénicos —varios de ellos considerados hoy obras fundamentales del teatro chileno—, giras nacionales e internacionales y la consolidación de un lenguaje escénico único, se ponía fin a 18 años de trabajo conjunto de Jaime Lorca, Laura Pizarro y Juan Carlos Zagal. La Troppa dejaba una huella imborrable en la historia escénica nacional y sembraba dudas sobre el futuro de tan exitosa compañía. Sin embargo, Juan Carlos Zagal ponía paños fríos a la situación declarando en los medios de comunicación que “aún hay mucha vida por delante, mucho trabajo y en eso estamos”. No se equivocaba.
Se conocieron en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica en los años 80’. Dejaron la institución confiados en su intuición creativa y comenzaron a trabajar horizontalmente bajo el nombre de Los Que No Estaban Muertos. Estrenaron El santo patrono (1987), Salmón vudú (1988) y El rap del Quijote (1989), trabajos en los que se podía visualizar ideas que luego se transformarán en elementos propios de su lenguaje teatral.