A propósito de San Valentín: la bella historia que dio origen al Taller Siglo XX en el Barrio Bellavista
Definir qué es el amor puede resultar algo complejo, especialmente cuando se buscan respuestas desde las distintas disciplinas que han intentado despejar la interrogante. Disciplinas a primeras luces, tan disimiles como la biología y la poesía, por dar un par de ejemplos.
La Real Academia de la Lengua, define al amor como “un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Para el escritor y poeta uruguayo, Mario Benedetti, en cambio, el amor es “un sueño abierto, un centro con pocas filiales, un todo al borde de la nada, fogata que será ceniza”.
Incluso, desde la biología se ha definido el concepto de amor. Humberto Maturana, explica que el amor es el aspecto fundamental de lo humano y radica en la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia.
De todas maneras, en el imaginario colectivo existe una noción más o menos transversal y aceptada culturalmente, sobre lo que es el amor. A esto, alguna medida, ha contribuido la celebración del Día de San Valentín en el mundo occidental.
Por supuesto, el amor (y recurrentemente, el desamor) ha sido abordado con frecuencia en el teatro. Ejemplos hay de sobra. El más relevante, sin duda, William Shakespeare y su vasta obra.
El origen de Taller Siglo XXI
Más allá de la dramaturgia, el teatro ha dado pie a algunas bellas historias de amor que vale la pena recordar. Una de ellas, la del doctor y cirujano plástico Roberto Hoppmann (más conocido por sus apariciones en programas como “Cirugía de cuerpo y alma” y “Quiero un cambio”) y su esposa Yolanda Hurtado: Corría noviembre de 2011 cuando la señora Yolanda Hurtado fallece debido a un cáncer. Llevaban 50 años juntos y ella dirigía el taller Siglo XX en Ernesto Pinto Lagarrigue, fundado por la pareja.
“Nosotros construimos este taller para estar juntos en el arte. Pero ella empezó a hacer sus cosas pausadamente, a su manera, hasta que llegó el momento y me dijo: ‘mira, ya presentamos la obra de teatro, hicimos un montón de cosas juntos, pero este lugar es mío. Ya hemos hecho una linda experiencia, entonces tú con la parte de la cirugía te quedas afuera y yo tengo este lugar”, recuerda el doctor Hoppmann en una entrevista otorgada al diario La Segunda en julio de 2013.
Tras su muerte de Yolanda Hurtado, el espacio quedó abandonado. Sólo el primero de marzo de 2013, el doctor Hoppmann reunió las fuerzas para visitar el lugar donde su amada “Yoli”-como le llamaba él con cariño- había pasado gran parte de su vida. “Dije: qué hago, ¿lo vendo, lo arriendo? Y en un momento decidí: No, este espacio lo voy a hacer de nuevo, lo voy a remodelar y voy a hacer un centro cultural a como dé lugar. Tardé un año en la reconstrucción, hasta sentir que este era su lugar, que ella sigue aquí y que yo puedo entrar y hacer las cosas junto con ella. Tiene una historia bien profunda. Yo siento que este lugar que hicimos de los dos, es de los dos para los demás. Para hacer arte, entregar arte, mostrar lo que uno tiene adentro. Con la creación e inauguración de este centro cultural estoy naciendo de nuevo, porque cerrando esos círculos de duelo, puedo nacer de nuevo”, concluye Hoppmann.