Compañía Acción Residente presenta su primer trabajo en Ciclo Teatro hoy

Luego de una residencia en el Watermill Center de Nueva York, la agrupación chilena debutará con Réplica, montaje que tendrá funciones entre el 16 de junio y el 9 de julio en la Sala Sergio Aguirre. “Queremos construir un lenguaje que sea un sello nuestro”, adelante uno de sus integrantes.

Por Karina Mondaca Cea

Hace un poco más de un año, Alejandro Contreras, Gonzalo Dalgalarrando, Carolina Díaz y Ébana Garín se reunieron con las ganas de comenzar a trabajar en un proyecto que involucrara sus intereses, como lo son la investigación, el trabajo corporal y el teatro. “Quisimos desarrollar un proyecto –que al principio partió todo muy teórico, no práctico-, respecto al concepto de la vibración y de estas ondas que se mantienen en el tiempo”, explica Alejandro sobre los primeros pasos de Réplica, un trabajo que verá la luz desde el 16 de junio en la Sala Sergio Aguirre como parte de Ciclo Teatro Hoy.

La pregunta inicial que se planteó la compañía recién naciente fue clara: ¿Cuál es el origen de la violencia y por qué había patrones que históricamente se iban repitiendo, replicando? “Comenzamos a encauzar todo este material y a generar una reflexión en torno a esa pregunta, para luego empezar a trabajar distintas aristas, como la histórica, biográfica, testimonial y física”, explica Alejandro sobre el proceso creativo del montaje. “Con Carolina y Gonzalo trabajábamos en UMOVI, que es una compañía de teatro físico donde la Ébana también estuvo metida; por lo cual todos tenemos una base de danza, teatro, artes marciales. Por eso también fuimos buscando referentes físicos que nos interesaban y revisamos mecanismos teatrales, de performance, hasta empezar a desarrollar mucho material”, agrega.

Durante este periodo de creación, el colectivo llegó a una conclusión: querían realizar este montaje, su primer montaje, en un proceso de residencia que les permitiera concentrarse y generar estrategias que lograran llevar a escena las ideas que tanto discutían. Así fue como, además de investigar cada uno de sus temas para la obra, es que se encontraron con una atractiva oportunidad: pasar cuatro semanas en el Watermill Center de Nueva York, donde podrían desarrollar su trabajo en condiciones excepcionales y recibir consejos y observaciones de colegas y del público general.